José Gregorio Hernández, el desconocido

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com

@caballitonoble 

1) San Antonio de Padua y el Venerable José Gregorio Hernández Cisneros, tienen varias cosas en común, entre ellas, que ambos son sumamente populares. San Antonio y el Venerable José Gregorio Hernández, son muy invocados En relación al Venerable José Gregorio Hernández, se dan situaciones tales como que en el año 1999, el ilustre Oscar Yanes, hizo una encuesta sobre quién había sido para los venezolanos, la figura más popular desde el punto de vista espiritual, en el siglo XX. Y dicho encuesta determinó que había sido el Venerable José Gregorio Hernández,  a quien el ilustre Oscar Yanes, llamó “el caudillo espiritual de los venezolanos”. 

Adicionalmente a esto, el día primero de febrero del año 2008, fue beatificada en Caracas, la Madre Candelaria de San José. Para ello se utilizó el stadium de fútbol de la ciudad universitaria. Si no me equivoco, fue el cardenal Urosa, el que dijo que el día que beatificaran a José Gregorio Hernández, el stadium de fútbol de la ciudad universitaria iba a ser insuficiente para que cupiera el gentío que iba a ir a dicho acto.  

San Antonio de Padua y el Venerable José Gregorio Hernández, forman parte de la familia franciscana: San Antonio fue seguidor de San Francisco de Asís y también lo fue el Venerable José Gregorio Hernández ya que éste, como muy bien dijera el Cardenal Jorge Urosa Savino:  “tuvo que interrumpir dos veces su camino hacia el sacerdocio debido a una enfermedad, por lo que ingresó en la Tercera Orden Franciscana” (fin de la cita  Homilía durante la celebración del 150° aniversario del nacimiento del Venerable José Gregorio Hernández. Domingo 26 de octubre de 2014).

 

Adicionalmente, la piedad popular, en alguna manera, ha distorsionado la imagen de ambos. A San Antonio, algunos lo tienen como “buscador” de objetos perdidos”. Para algunas personas, cuando algo se pierde, invocan a San Antonio; y si aparece, lo apareció San Antonio, pero si no, al “flojo” de San Antonio, “no le dio la gana de buscarlo”, o estaba “muy ocupado” buscándole objetos perdidos a otros y por lo tanto, “no le dio tiempo” de encontrar el objeto perdido por la persona que lo invocó. O también, lo tienen como “santo casamentero”. Como dice la zarzuela “Luisa Fernanda”:

 

“A San Antonio como es un santo casamentero pidiendo matrimonio, lo agobian tanto... que yo no quiero pedirle al santo más que un amor sincero”.

Hay muchachas que le piden novio a San Antonio pero si San Antonio no se los consigue, “lo castigan”, lo ponen boca abajo, o le apagan las velas, o lo entierran bajo la tierra “hasta que consiga” el novio pedido y si luego de tales “castigos”, lo consigue, “lo perdonan”. Por lo tanto, lo ponen otra vez boca arriba, le vuelven a prender las velas, lo desentierran, etc.

Y si San Antonio, no consigue nunca el novio, pues “el culpable” fue San Antonio “por incompetente”. O si no consiguen novio para casarse, a algunas les da por cambiarles las sotanas a San Antonio y demás santos. De ahí la expresión popular: “fulana se quedó vistiendo santos”, en referencia a que nunca se casó. De ahí la petición de algunas muchachas, a San Antonio:

“San Antonio, por favor, que no me quede vistiendo santos…”.

 

En esta última actitud, hay distorsiones en cuanto a la intersección  de los santos. Los santos, no hacen, ni milagros, ni favores; todo esto lo hace Dios, por intermedio de los santos.  

La criatura más excelsa que hay, es la Virgen María. Ella está más cerca de Dios, que los mismos ángeles y que el más santo de todos los santos. Tanto es esto así, que hay varias letanías de la Virgen, que la llaman, “Reina de los ángeles”, “reina de todos los santos”, “Santa Virgen de las Vírgenes”, “Espejo de Justicia”, “Trono de la Sabiduría”, “Causa de nuestra Alegría”, “Puerta del Cielo”, “Consuelo de los Afligidos”, “Auxilio de los cristianos”, Reina de la Paz”, etc.   

 

Hay un pasaje del Evangelio que explica muy bien, el rol de la Virgen María en lo que a su hijo respecta. Esto se relata muy bien en lo que se conoce como las “bodas de Caná”. 

 “Al tercer día se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús.  También fueron invitados a la boda Jesús y sus discípulos.  Y, como faltó vino, la madre de Jesús le dijo:

—No tienen vino.

 Jesús le respondió:

—Mujer, ¿qué nos importa a ti y a mí? Todavía no ha llegado mi hora.

 Dijo su madre a los sirvientes:

—Haced lo que él os diga. 

Había allí seis tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los judíos, cada una con capacidad de unas dos o tres metretas.  Jesús les dijo:

—Llenad de agua las tinajas.

Y las llenaron hasta arriba.  Entonces les dijo:

—Sacadlas ahora y llevadlas al maestresala.

Así lo hicieron.  Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde provenía —aunque los sirvientes que sacaron el agua lo sabían— llamó al esposo  y le dijo:

—Todos sirven primero el mejor vino, y cuando ya han bebido bien, el peor; tú, al contrario, has reservado el vino bueno hasta ahora.

Así, en Caná de Galilea hizo Jesús el primero de los signos con el que manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él” Evangelio según San Juan   (2,1 – 11).

 

Quien hace el milagro, quien cambia el agua en vino, no es María, es Jesús. Y Jesús, lo hizo, por la intersección de su madre, la Santísima Virgen María. 

Volviendo al caso de San Antonio, quien hace el favor, o el milagro, de encontrar los objetos perdidos, o el novio ansiado, es Dios, no San Antonio. San Antonio lo que hace es interceder, pedirle a Dios, para que Dios haga el milagro o favor.

 

Lo correcto, sería decir que Dios, concedió el favor o el milagro, de encontrar tal objeto perdido, o de encontrarle novio casamentero a fulana, por intermedio de San Antonio.   

Por otra parte, con el Venerable José Gregorio Hernández, pasa lo siguiente:

Lamentablemente, a José Gregorio, lo han agarrado brujos, curanderos, hechiceros, santeros, espiritistas, cartomantes, quiromantes, lectores del tabaco/café y afines. Como veremos más adelante, esto no ha influido en  su proceso canónico de beatificación sino que todavía no se ha comprobado que Dios haya hecho un milagro por intermedio del Venerable José Gregorio Hernández.

En consecuencia, así como hay distorsiones en la figura de San Antonio de Padua, también las hay en la figura del Venerable José Gregorio Hernández.  

 

Adicionalmente, hay cosas que no se conocen mucho sobre San Antonio de Padua, tales como que nació en Lisboa y no en Padua. De la misma manera, no habla ni se conoce mucho que el Venerable José Gregorio Hernández, además de un gran médico, fue también un gran científico. A tal efecto, fundó las cátedras de Histología Normal y Patológica, y Fisiología Experimental y Bacteriología, en la facultad de Medicina de la UCV, y trajo el microscopio electrónico, a Venezuela. 

 

José Gregorio Hernández demostró con su vida, que la fe y la ciencia, no se excluyen, se complementan. La fe no elimina la ciencia pero tampoco la ciencia elimina la fe. Este es uno de los grandes legados del Venerable José Gregorio Hernández.

Dicho lo anterior, hay que entender la humildad de reconocer que no todo lo puede explicar la ciencia. Un ejemplo de esto fue la muy buena respuesta que diera el Padre San Pío de Pietrelcina, en relación a la fe:

 

Al igual que San Francisco de Asís, San Pío de Pietrelcina estaba estigmatizado. Es decir, tenía en su cuerpo las llagas de la Pasión de Cristo. Un psiquiatra, una vez le dijo que eso era mental, que de tanto pensar en la Pasión de Cristo le habían salido dichas llagas. En consecuencia, San Pío de Pietrelcina le preguntó:

 

 “¿Usted cree mi querido Doctor, que si yo me pongo a pensar todo el día que me van a crecer orejas de burro, por eso me van a crecer?

San Antonio de Padua, fue un gran predicador y un gran teólogo. El Venerable Pio XII, lo declaró Doctor de la Iglesia: "Doctor Evangélico". Es lamentable que el aspecto científico del Venerable José Gregorio Hernández, esté eclipsado, tal cual lo está, el aspecto teológico de San Antonio de Padua. 

2)  “Si hay algo que lo distinguió desde muy joven fue su profunda fe en la Providencia.  No una fe "beatucona y rezandera" - como nos dijo a los graduandos del Colegio San Ignacio en el año 71 - sino una fe sólida y robusta, propiciada por sus maestros jesuitas, que no dio, en sus noventa y tres años de vida, tregua a la lucha ni lugar a la cobardía…”  Andrés Caldera Pietri. “Despedida de la familia”. Tomado de la Página Web: www.rafaelcaldera.com. El texto anterior, fue dicho por Andrés Caldera, en relación a su padre, el ex presidente Rafael Caldera). 

Hemos querido tomar el texto anterior para aplicarlo al Venerable José Gregorio Hernández. La fe de éste, no fue una beatucona y rezandera, sino una fe sólida y robusta, que no dio tregua a la lucha ni lugar a la cobardía. 

Este texto se puede aplicar al Venerable José Gregorio Hernández, de dos maneras:

A)  El Dr Martín Vegas, fue un gran médico venezolano, miembro de la Academia Nacional de Medicina y un dermatólogo, que ayudó muchísimo a la erradicación de la lepra en Venezuela. Ahora bien, fue asistente de cátedra del Venerable José Gregorio Hernández. El Dr Martín Vegas, tenía en su casa, uno de los mejores retratos que existe sobre José Gregorio Hernández. Tuve el privilegio de conocer al Dr Martín Vegas. Éste me contó que el Dr José Gregorio Hernández, no estaba atrás de la gente chequeando si iba a Misa o no, ni tampoco hablando todo el tiempo de religión. 

 

El Dr Vegas me comentó que todo lo que hacía el Dr José Gregorio Hernández, era una vez al año, preguntarle por Semana Santa, lo siguiente:

¿“Ya se confesó”?

¿Ya comulgó?

Y fuera de eso, más nada.

B) Lo que vamos a ejemplificar a continuación, no está en contradicción con el punto anterior, al contrario, lo complementa:

En la época del Venerable José Gregorio Hernández, algunos científicos se empeñaban a negar a Dios. Como veremos más adelante, esto último se vio, en una corriente de científicos ateos, encabezada por Luis Razetti. En aquel momento y en aquellas circunstancias, había que ser muy valiente, como lo fue el Venerable José Gregorio Hernández, para afirmar, frente a buena parte de la comunidad científica venezolana, lo siguiente: 

“Yo creo en Dios. Yo creo que el universo fue creado por Dios”, etc.

La fe en Dios que tenía el Venerable José Gregorio Hernández, no fue para “fumar opio”, como mal definía Carlos Marx, la religión. Su fe, fue para proyectarla, para traducirla en obras, para curar enfermos y hacer más felices a los demás, con el sentido “que cuando nos vayamos dejemos un mundo mejor para aquellos que nos siguen”, tal como fuera la parábola de la vida por este mundo, del Venerable José Gregorio Hernández.

La fe del Venerable José Gregorio Hernández,  estaba en concordancia, tanto con la Epístola de San Pablo, como con la epístola de Santiago:

Podría tener una fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada” (San Pablo. Primera Corintios: 13,2) 

“¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe?

 

Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de ustedes les dice: «Vete en paz, caliéntate y come», pero no le dan lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?

 

Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. Porque así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” (Santiago 2, 14-17. 26).

 

El Venerable José Gregorio Hernández iba todos los días a Misa, muy temprano en la mañana. Todos los días Comulgaba. Iba a la Iglesia de La Candelaria, en donde está enterrado. Además, pasaba horas rezando frente al Santísimo, pero de La Candelaria, salía a sus clases de medicina en la UCV y a hacer un apostolado en el ejercicio de la medicina. El recibir todos los días el Cuerpo de Cristo y las visitas al Santísimo, eran su alimento y su motor para haber hecho la extraordinaria obra que hizo. José Gregorio, no se quedó solo en la fe, esa fe la llevó a hacer la inmensa obra de caridad que hizo y a dar frutos de curar, sanar, salvar vidas, aliviar el dolor y ayudar al prójimo.

 

3) La polémica entre el Venerable José Gregorio Hernández y el también médico, Dr Luis Razetti, fue la siguiente:

Como antes dijimos, el Dr Luis Razetti era ateo y antes de entrar al fondo de las diferencias entre ambos, hay que dejar constancia histórica que si bien, José Gregorio Hernández y Luis Razetti, fueron médicos, catedráticos en la facultad de medicina de la UCV y además, también fueron profundos adversarios científicos, filosóficos y teológicos, eso no les impidió tener una relación de respeto mutuo y profundo.

No se conoce de ningún improperio, insulto, irrespeto y descalificación que se hayan dicho mutuamente entre ellos; muy al contrario: siempre confrontaron sus diferencias dentro del mayor respeto, cuestión que nos está faltando en la Venezuela de hoy en día. 

 

Razetti dijo unas palabras muy hermosas de admiración, afecto y respeto, cuando murió José Gregorio Hernández.

 

Yendo al fondo de las diferencias entre ambos, diremos lo siguientes:

 

Muchos, califican a Luis Razetti, como “ateo evolucionista”. En esta expresión hay un error. Nos explicamos:

 

Los cristianos tenemos “La Biblia”, como nuestro libro sagrado. Como cristiano, mientras el Venerable José Gregorio Hernández, vivió su vida en el planeta Tierra, creyó que La Biblia es la Palabra de Dios, libro inspirado por El Espíritu Santo. Eso no lo inventó José Gregorio Hernández, eso es lo que enseña la Iglesia Católica y hasta donde entiendo, también los cristianos protestantes, hoy en día llamados “hermanos separados”, pero es el caso, que algunos ateos y sobre todo de la época de José Gregorio Hernández y Luis Razetti, quisieron tener una suerte de “Biblia” y en consecuencia, pretendieron convertir en “biblia atea” el libro “El Origen de las Especies”, de Charles Darwin, con el fin de pretender explicar que el universo se generó por “explosión”, que trajo una suerte de “generación espontánea” y que posteriormente, apareció el hombre, que según este planteamiento, no fue creado por Dios, sino que por “evolución”, provino del mono, etc. 

 

Frente a esto, hay que afirmar lo siguiente: 

 

El libro de Darwin, no es un libro religioso, tampoco es un compendio de “teología atea”. Es un libro que sí habla de la evolución pero del que no saca consecuencias de tipo religioso. Dice también que los peces grandes se comen a los peces chicos, que solo sobreviven las especies más fuertes. Este libro lo tuvo  posteriormente Adolfo Hitler, como libro de cabecera, con la finalidad de pretender afirmar la supremacía de la raza aria, en la que los peces grandes (arios) se deben comer  los peces chicos (judíos).

 

Sin embargo, el propio Charles Darwin, afirmó lo siguiente:  

“Jamás he negado la existencia de Dios. Pienso que la teoría de la evolución, es totalmente compatible con la fe en Dios. El argumento máximo de la existencia de Dios de la existencia de Dios, me parece la imposibilidad de demostrar y comprender que el universo inmenso, sublime sobre toda medida, y el hombre, hayan sido fruto del azar” (Charles Darwin. 1809-1882).

 

En el año 1997, hubo un comunicado de La Santa Sede. Fue sobre la “teoría de la evolución”. Se dijo que lo de la evolución era un asunto científico. Que la Biblia no es un libro científico, que La Iglesia Católica, no es un organismo científico, que por lo tanto, no iba a fijar ninguna posición sobre dicho tema. 

Si el hombre desciende del mono o no, es un asunto en el que no se iba a meter la Iglesia pero en lo que sí se pronunció, fue que el hombre es hombre, que la vida del hombre como hombre comenzó, desde que Dios le insufló al hombre, el alma inmortal:

 

"Entonces Yahveh Dios formó al hombre con polvo del suelo, e insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente". Génesis: 2, 7

 

Además, de lo antes dicho de la teoría de evolución, como pretendida “biblia atea”, se pretendió profesar que el universo venía de la nada y que de la nada, provino de uan suerte de generación espontánea, fruto del azar y que llamaron “Big Bang” (ya vimos como Darwin niega el azar). Esto de pretender utilizar a la nada, como causa de algo, también está en contra de las 5 vías para probar la existencia de Dios, del teólogo, sacerdote, Doctor de la Iglesia y dominico, Santo Tomás de Aquino, que afirma de que “de la nada no puede salir nada”. 

La expresión ““Big Bang” le fue plagiada a un obispo jesuita, a Monseñor George Lemaitre SJ, que al igual que el Venerable José Gregorio Hernández,  también era científico y creacionista.

Monseñor Lemaitre llegó a obispo, fue también miembro de la Academia Pontificia de Ciencias, fue astro físico. Como dijimos, fue él el que inventó el término “Big Bang”; y dicho término lo dio desde el punto de vista de la fe.

 

El ateísmo dice que el universo no tuvo principio, que salió de la nada. Monseñor Lemaitre dijo que sí hubo un principio: lo que llamó la explosión del  “Big Bang” y que ese principio, no podía ser algo producto del azar, sino de la mano de Dios, que produjo y guió dicha explosión. 

 

Es imposible que el azar sea el que determine el universo, sería como pretender atribuirle al fruto del azar que lo que estoy escribiendo ahorita sea producto del azar de las 28 letras que aparecieron en la pantalla de la computadora y no de la inteligencia que Dios me dio y que me permite ordenar las 28 letras para producir este escrito. Como bien dice Santo Tomás de Aquino, siguiendo a Aristóteles, todo orden requiere de un ordenador.

4) El Venerable José Gregorio Hernández, como católico, creía en Dios, pero también creía en Dios, como científico. Hay una parte de la creencia en Dios, que es la religión revelada, como es lo que está en la Biblia pero hay una parte de la creencia en Dios, a la que se llega mediste la razón y la lógica, como bien lo demuestra Santo Tomás de Aquino, en sus 5 vías para demostrar la existencia de Dios. 

Laureano Márquez, escribió en TalCual, un  artículo titulado “Una mecha no se enciende sola”.  En dicho artículo expresa muy bien este  punto:

 “Digamos que el mundo comenzó con un “big bang”, como dicen estos ateos, la pregunta es: ¿Quién encendió la mechita? ¿Ah? La respuesta es obvia: Dios, dado que una mecha no se enciende sola, no habiendo ninguna existencia racional para el momento del inicio de la explosión” .

El raciocinio, al que llega Laureano Márquez, lo hace mediante la lógica, la razón y la inteligencia. Eso no lo leyó en la Biblia.

El orden es necesario para todo: por ejemplo, la literatura: la inmortal obra Don Quijote, no fue fruto de 28 letras que provinieron del azar o de una “explosión cósmica” sino de un escritor-ordenador llamado Miguel de Cervantes que ordenó las 28 letras exitosamente, en su obra Don Quijote.

 

De la misma manera, la magistral novena sinfonía de Beethoven no fue el fruto del azar de la combinación de 7 notas musicales que se combinaron a sí mismas y que produjeron tan magna obra. No, el llamado “himno de la alegría”, la novena sinfonía, tuvo un creador-ordenador, llamado Beethoven.

Esto del orden, nos hizo recordar la canción que nos enseñaron las monjas en Villa Loyola:

 

 “El reloj lo hizo el relojero, el mundo lo hizo Dios; no hay reloj sin relojero, no hay mundo sin creador”.

 

Esto implica que no puede haber orden sin ordenador. El orden no es producto del azar. Un reloj no es un conjunto de piezas al azar, un reloj es el producto del orden de un relojero que previamente ordenó el reloj para que diera la hora. De la misma manera, el orden del universo, requiere de un ordenador llamado Dios, como bien lo explica Santo Tomas de Aquino en una de las 5 vías para probar la existencia de Dios.

Este concepto de orden como consecuencia de un ordenador previo que por lógica tiene que aplicarse a todo lo humano, también tenemos que aplicarlo al universo, éste sigue un orden perfecto, así nos los enseña la astronomía:

 

La luna sigue un orbita ordenada en torno a La Tierra y ésta en torno al sol e igualmente los planetas en torno al sol; y este orden que vemos en el sistema solar tenemos que aplicarlo también en torno a las demás galaxias y constelaciones, separadas entre sí por años luz; es decir, a astronómicas distancias de 300.000 kilómetros por segundos durante año.

 

Un día tiene 86.400  segundos, un año tiene 31.536.000 segundos. Si a 31.536.000, le multiplicamos 300.000, nos da 9. 460. 800. 000.000. Es decir, un año luz, es una distancia de 9. 460. 800. 000.000 kilómetros, y es el caso que hay estrellas, galaxias y constelaciones, que están en perfecto orden a miles de años de luz. Lo anterior son cifras astronómicas. Este orden no puede ser producto del azar. Este orden del universo tiene que tener un ordenador al que llamamos Dios. 

Por otra parte, el sol en cualquier parte del mundo sale por el este y se pone por el oeste; dependiendo de las estaciones y con las excepciones del Polo Norte y el Polo Sur, y dependiendo de cada sitio en particular, en todas partes del mundo amanece en la mañana y oscurece en la tarde y en los meses de junio, julio y agosto, siempre será verano en el hemisferio norte e invierno en el hemisferio sur; mientras que en los meses de diciembre enero y febrero, será a lo inverso.

 

En base a este orden es que los seres humanos hemos creado los horarios. Si no fuera así, sería imposible la convivencia en La Tierra. Si no supiéramos a qué hora saldrá el sol o a qué hora se pondrá, y si cada día tuviéramos que adivinar por donde saldrá el sol y no tuviéramos la certeza que saldrá por el oriente, o si no tuviéramos la certeza que se pondrá por el oeste, o si tuviéramos que adivinar cuándo sería verano en el norte o en el sur, etc; lo que habría, sería un permanente caos y anarquía, no podría ser posible ni la convivencia entre los seres, ni el progreso, ni prácticamente nada. 

 

El ojo es la más perfecta cámara fotográfica que existe. La cámara fotográfica se inventó en base a cómo funciona el ojo humano. Pues bien, ese ojo, esa extraordinaria cámara fotográfica interna que todos los seres humanos tenemos, de todas partes y de todos los tiempos; tiene que haber sido diseñada por un ordenador supremo, al que llamamos Dios. 

Lo antes dicho, no solo aplica al ojo: se aplica toda esa maravillosa máquina que se llama el cuerpo humano: ese extraordinario laboratorio interno que todos tenemos: por ejemplo el corazón: maravillosa máquina que bombea en base al sístole y al diástole, segundo tras segundo sin parar. Esa incansable máquina no pudo haber salido del azar, tuvo que haber sido diseñada por Alguien Superior, y ese Ser Superior no es otro que Dios.

Aún el azar tiene un orden creado previamente por un ordenador. Por ejemplo: el azar del juego: el juego está diseñado para que “la casa” siempre gane. Por ejemplo: la ruleta. Esta está diseñada para que “la casa” siempre gane, entre otras cosas “la casa” tiene a su favor el 0 y el 00 ya que el apostador no puede apostar dichos números. Esto quiere decir que “la casa” siempre tendrá más probabilidades de ganar porque tiene más números apostables a su favor.

 

Este sencillo ejemplo de la ruleta también es aplicable a la naturaleza. Cierto: los cromosomas se aparean y sacan a un ser humano pero ese ser humano será único, no hay repetición; tanto es así porque no hay 2 huellas digitales iguales. Puede haber seres humanos muy parecidos pero nunca iguales; el hecho que no haya 2 huellas digitales iguales, no es fruto del azar. En esto también se ve un orden así los cromosomas tengan un cierto ámbito de “libertad”, si es que esta palabra aplica a esto. Este orden tampoco es fruto del azar, tiene que haber sido ordenado por Alguien Superior, y ese Ser Superior, no es otro que Dios.

 

Bien dice San Agustín, que “la paz es a tranquilidad en el cumplimiento del orden”. Y el orden, no es solamente el orden físico, sino también el orden moral, el orden espiritual. Por lo tanto, mayor desorden, mayor intranquilidad. El pecado es desordenar el orden que Dios estableció para nuestro bien.

 

Estos argumentos en base a la razón, la lógica y la inteligencia, los tenía muy cuenta, el Venerable José Gregorio Hernández.

 

5) Los debates entre el Dr José Gregorio Hernández y Luis Razetti, eran básicamente en relación a los temas antes expresado. En aquellos tiempos, no se plantearon algunos temas, que a continuación describiremos, a los que el Venerable José Gregorio Hernández se hubiera opuesto, no solo por creyente sino también por médico (no sabría lo que hubiera opinado el Dr Razetti, no tengo suficientes elementos de juicio para emitir una opinión).

 

Los temas a los que el Venerable José Gregorio Hernández, se hubiera opuesto son:

 

El aborto

 

La eutanasia

 

El matrimonio homosexual

 

El aborto y la eutanasia, violan el V Mandamiento de la ley de Dios, “No Matarás”.

 

El Doctor Bernard Nathanson, fue conocido como el “rey del aborto”. Este médico practicó aproximadamente 75.000 abortos, incluyendo el aborto de su propio hijo; tenía su clínica en New York.

Nathanson comenzó a practicar abortos en los años 70. No olvidemos que fue en 1973 cuando la Corte Suprema de USA le abrió las puertas al aborto con su deplorable y lamentable fallo de Roe vs Wade. La Corte dijo que el caso del aborto era estadal y el Estado de New York fue uno de los primeros que lo permitió.

Al principio de la práctica abortiva de Nathanson, no existían los ultrasonidos, fue cuando aparecieron estos, que el Doctor Nathanson pudo ver a través del ultra sonido que la madre llevaba en su vientre no era una cosa, no era un pellejo; era un ser vivo, un niño, un bebé que se movía, que respiraba, que tenía un corazón que latía, que respondía a los sonidos de la madre, que se alimentaba; etc. 

 

Cuando Nathanson vio aquello, se dio cuenta que lo que había estado haciendo era asesinando niños indefensos aún no nacidos, y en consecuencia, le dio un giro total a su vida y por lo tanto, se convirtió en uno de los grandes defensores del derecho a la vida, y así como antes había sido asesino de niños aún no nacidos, luego se convirtió en salvador de vidas de niños aún no nacidos. 

Una de las metodologías que más ha hecho retroceder a las madres que quieren abortar es mostrarles en el ultrasonido, los latidos del corazón de su hijo. Casi siempre se echan para atrás, así lo hacen la mayoría de las madres cuando ven que el hijo que tienen dentro es un ser vivo. 4 de 5 madres, se arrepienten y no abortan, y hasta muchos médicos cuando han visto a través del ultrasonido que se trata de un ser vivo, se han arrepentido y en muchas casos se han convertido en luchadores "pro vida".

 

El Venerable José Gregorio Hernández hubiera luchado, a través del ultrasonido y demás herramientas médicas y científicas, para que las madres no aborten. José Gregorio Hernández hubiera sido un “pro-life”, “pro vida”, nunca un “pro choice”, “pro escoger” (eufemismo para no decir: “abortista”).

 

José Gregorio Hernández jamás hubiera practicado una eutanasia, o suicidio asistido o como se le quiera llamar. José Gregorio Hernández tenía muy claro que Dios es el dueño de la vida y que la vida empieza en la concepción y termina con la muerte natural cuando Dios así lo disponga. 

 

El Catecismo Universal De La Iglesia Católica es muy claro y no deja lugar a dudas: 

2258 “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término… “(Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr.  Donun vitae,  intr. 5).

 

En cuanto al matrimonio homosexual, antes que todo, hay que decir, que el venerable José Gregorio Hernández, que era un hombre caritativo y de gran corazón, no hubiera discriminado a los homosexuales. El número 2358, del Catecismo universal de la Iglesia Católica, dice que los homosexuales “deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta”.

 

Sin embargo, lo anterior, no hubiera impedido que  hubiera tenido muy en cuenta lo siguiente:

“Dijo Dios: 

"Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine 

los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los 

reptiles de la tierra. 

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó."

Y los bendijo Dios y les dijo: 

"Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra." 

Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno" (GÉNESIS 1,26-28.31ª).

 

El venerable José Gregorio Hernández, hubiera tenido muy en cuenta, que en el texto bíblico antes dicho, no dice que los creó “hombre y hombre”, o “mujer y mujer”, sino “hombre y mujer”.

 

Y no solo hubiera dado argumentos religiosos sino también, por ejemplo, los siguientes:  

 

“La palabra matrimonio procede de dos palabras romanas: "matris" y "munio". La    primera significa "madre", la  segunda "defensa". El matrimonio es la defensa, el amparo, la  protección de la mujer que es madre, el mayor y más sublime oficio  humano” (extracto de "Mi mamá se llama "Ramón"!!!)

 

Todos hemos sido concebidos, por un hombre y una mujer, no por 2 hombres o por 2 mujeres. 

 

Dos hombres no pueden engendrar nada y dos mujeres tampoco.  Dios nos creó varón y hembra. Los hijos nacen de un espermatozoide y un ovulo, y no de dos espermatozoides o de dos óvulos. Nunca se ha visto un caso que un hijo nazca de dos espermatozoides o de dos óvulos: ¡por algo será! 

Si uno se pone a ver, lo que está en el fondo es un ataque a la familia. ¿Qué tipo de familia sana y normal puede salir de una “familia” donde hay dos padres o dos madres? 

 

La filosofía relativista de hoy en día, dice que “si un varón tiene derecho a casarse con otro varón y una mujer a hacerlo con otra mujer, ¿le vas a negar el derecho a un hermano a casarse con su propia hermana? ¿O a un padre a hacerlo con su hija? ¿No tienen el mismo derecho?”  (extracto de "Mi mamá se llama "Ramón"!!!)

 

Si esta filosofía relativista de permitir el matrimonio homosexual sigue teniendo éxito, pudiéramos ver pronto matrimonios entre un hombre y una yegua, entre una mujer y un caballo, entre un hombre y un caballo, y entre una mujer y una yegua.

Una sociedad no puede perdurar sin la base de la familia basada entre un hombre y una mujer, tal cual Dios lo quiso. Y si la familia no se basa en el matrimonio entre un hombre y un mujer, entra en un decline, en una caída, tal cual le pasó al Imperio Romano, que una de las causas de su caída, fue la destrucción de la familia, y una de las causas, fue que en el Imperio Romano se permitió el matrimonio homosexual, que había sido penado durante la República, con la pena de muerte.  

 

Ahora bien, argumentos similares a estos, que hubiera tenido que esbozar, el Venerable José Gregorio Hernández, hubiera producido que lo hubieran tildado de “fanático, intolerante, homofóbico racista, inquisidor, talibán, oscurantista, ultroso, radical”, y pare de contar.

6) ¿Por qué José Gregorio Hernández es Venerable y todavía no es beato?

No se trata que los brujos, santeros y hechiceros, lo tengan en sus brujerías y afines. Por otra parte, quien ha dicho que el problema es que solo beatifican y canonizan, a curas y monjas, y como José Gregorio Hernández, no fue cura, entonces, no puede ser beatificado.

No. El argumento anterior, no es verdad. Hay beatos y santos, que no son, ni curas ni monjas. 

Es más, hay hasta un beato gitano, que no era sacerdote. Se trata de Ceferino Giménez Malla, “El Pele”, que lo beatificó San Juan Pablo II. 

Hay santos reyes, tales como San Luis, rey de Francia y San Fernando III, rey de Castilla y Aragón 1198-1252, quien es junto con Santiago Apóstol, uno de los dos patronos de España. San Fernando no es precisamente, Fernando, “el rey Católico”, el esposo de Isabel la Católica, reina de Castilla, que de santo tenía muy poco, etc. 

Es más, existen también grandes santos que no han sido ni sacerdotes, ni monjas. La más santa de todos los santos, la Santísima Virgen María, madre de Dios y madre nuestra, no fue monja. Una de las letanías lauretanas la llama “reina de todos los santos”. 

Después de la Virgen de María, están San Juan Bautista y San José. Ninguno de los dos, fue de los 12 Apóstoles. Ninguno de los dos, nunca dijo Misa, y eso no les quita ser dos santos de primera.

 

En el imperio romano, hubo millones de mártires y si bien entre ellos, hubo papas como San Pedro y apóstoles como San Pablo, también hubo hombres y mujeres, que no fueron, ni papas, ni obispos, ni monjas. 

 

Hay, hasta un santo político y abogado, como Santo Tomás Moro, quien es también mártir de la fe, cuya cabeza, por razones de la fe, le fue mandada a cortar por el rey Enrique VIII de Inglaterra, a quien además, San Juan Pablo II, nombró patrono de los políticos y gobernantes. 

San Isidro fue campesino-labrador. Es el patrono de Madrid. Es más, María, su esposa, es también santa. Su fiesta se celebra el 15 de mayo y por eso ese día comienza la llamada “Feria de San Isidro”. 

Santa Juana de Arco, virgen, mártir, patrona y libertadora de Francia, no fue monja, etc. 

En el caso específico, del Venerable José Gregorio Hernández, pasa lo siguiente:

Ante que todo, hay que aclarar que “Venerable”, es el paso inmediatamente anterior a ser beato.

Dios, por intermedio del Venerable José Gregorio Hernández, hasta ahora no ha realizado lo que se llama un milagro. De esto, puedo hablar con propiedad de causa ya que un  médico a quien conozco,  que tuvo que ver con uno de esos casos. 

 

Él es médico radiólogo. Trabaja en un hospital de Caracas. A mediados de los 80, le llevaron el  caso de una niña que se había pegado muy fuertemente en el cerebro. Como consecuencia,  quedó en coma pero felizmente después salió del coma y se curó.

 

En un periódico, salió una radiografía del cerebro de la niña, en la que según dicho diario, se veía un muñequito que supuestamente era José Gregorio Hernández, con sombrerito y todo.

 

A referido médico, lo llamaron de parte de una arquidiócesis de Venezuela. Él les explicó que  en la radiografía había una figura en la que se veía lo que fuere, según el ángulo  en el que se viera la radiografía. Y además les dijo, que si bien el porcentaje de curación era del 10 %, la niña tuvo la fortuna de caer en dicho porcentaje. Por lo tanto, la curación de la niña era científicamente explicable.

 

El periódico dijo que una “mafia eclesiástica”, quería esconder el milagro que era la prueba de  la beatificación de José Gregorio Hernández. Y no fue ninguna “mafia eclesiástica”, es que no se trataba de un milagro como tal. Puede que haya sido un favor muy especial de Dios ya que la niña solo tenía 10 % de probabilidades de cura. No fue un milagro en el sentido estricto del derecho canónico porque en este caso, la curación tiene que ser inexplicable para la ciencia, como lo fueron 2 casos que vamos a ver a continuación:      

 

En El Vaticano hay una comisión de médicos, en la que cual hay hasta médicos no creyentes. Ellos tienen que dictaminar que el caso que se les lleva es inexplicable para la ciencia. Y si es así, pasa al Santo Padre, para su final aprobación.

 

Por ejemplo, en el caso de beatificación, del hoy, San Juan Pablo II, se trató de una monja francesa que tenía mal de Parkinson, que se curó de manera inexplicable y ella lo atribuyó  a la intercesión de Juan Pablo II. Eran varios casos que había, sin embargo, basta con uno.

 

Para ser santo, pasa lo mismo. Por ejemplo, el beato Juan Diego fue santificado por San Juan Pablo II. Al indígena Juan Diego fue el que se le apareció la Virgen de Guadalupe. Es decir, en época de Juan Pablo II, el beato Juan Diego fue llevado de beato a santo. El milagro que sirvió para tales efectos, fue el siguiente:

 

Un muchacho drogadicto se tiró  de un décimo piso de un edificio. Era un piso muy alto. Mientras caía, su madre se lo encomendó a la Virgen de Guadalupe y al para entonces, beato Juan Diego.

 

El muchacho cayó sobre cemento, no fue que cayó en una piscina profunda. El muchacho que debería haber muerto ipso facto, lo que tuvo, fueron leves rasguños.

 

El caso fue llevado a la comisión médica antes dicha y se determinó que su salvación no tenía explicación, ni científica mi médica.

 

Luego, el beato Juan Pablo II aprobó el caso y en el año 2002, el beato Juan Pablo II lo proclamó como San Juan Diego.  

Una vez que el Papa declara a alguien beato o santo, ya tiene derecho al culto público, según las limitaciones del caso, ya que el culto a los beatos es local y particular, mientras que el culto a los santos es universal.

 

Cuando la Iglesia Católica proclama a un santo o a un beato, declara que oficialmente es un ejemplo digno de imitar y que está en el cielo gozando de la presencia eterna de Dios. Esto no quiere decir que no están en el cielo, los que no están beatificados o santificados. Para estos, la misma Iglesia Católica estableció el día primero de noviembre, que es el día de todos los santos, tanto para los beatificados y canonizados, como para los que no. 

 

Dios sabrá por qué todavía no es beato el Venerable José Gregorio Hernández. A lo mejor, hay que rezar aún más de lo que hacemos por su pronta beatificación. Hemos rezado por dicha causa. Sin embargo, a lo mejor, deberíamos de rezar todavía más.

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

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