Pinochet: la codicia del poder. El golpe de Pinochet contra Allende fue una consecuencia, no una causa. Ayuda a chilenos y venezolanos a salir de Chile. La dictadura de Pinochet
escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ
Abogado
@caballitonoble
1- A Allende le pasó lo del Dr Frankenstein que creó un monstruo y cuando el monstruo quedó fuera de control y lo quiso controlar, ya no le fue posible y se le vino contra él.
Allende creó o pretendió crear en Chile, un monstruo marxista/leninista- cubano/soviético pero no le fue posible controlarlo, dicho el monstruo andaba a sus anchas haciendo estragos en Chile, dicho coloquialmente:
El monstruo marxista del Frankenstein se comió a Allende, dicho de otra manera:
“Cría cuervos y te sacarán los ojos”
Porque el monstruo del Frankenstein creado por Allende estaba fuera de control, vino la excusa del golpe de Pinochet. En consecuencia, el golpe de Pinochet contra Allende fue una consecuencia, no una causa.
2- Antes de ganar Allende y en buena parte del tiempo del gobierno de Allende, el embajador de Venezuela en Chile fue el académico, Dr Tomás Polanco Alcántara, de acuerdo a lo que el mismo Dr Polanco expresó, hay que dejar constancia histórica que la CIA se le acercó al Dr Polanco para preguntarle si el gobierno del Presidente Caldera apoyaría a la CIA en el derrocamiento de Allende y el Dr Polanco les dijo que no
3- En el primer gobierno de Caldera en el que el Dr Arístides Calvani fue canciller, se le dio asilo, se cobijó y se acogió a varios chilenos que se quisieron venir a Venezuela a raíz del desastre, caos y anarquía que fue el gobierno del presidente Salvador Allende, entre ellos el coronel Urzúa, que se vino a Venezuela durante el gobierno de Allende y mientras Allende fue presidente de Chile, fue jefe del comando del “Escuadrón de Caballería del Equipo Ecuestre del Ejército (EEE)”; cuando Allende cae, vuelve a Chile.
4- Por otra parte, el gobierno de Caldera I también le dio asilo y cobijo a cuántos chilenos se quisieron venir a Venezuela durante el gobierno de Pinochet y hay un hecho bien particular:
Algunos “jóvenes venezolanos comunistas trasnochados y obnubilados” por el triunfo de Salvador Allende, se fueron a Chile a tratar de vivir el fracasado socialismo “marxista leninista castro soviético” que pretendió implantar Allende en Chile.
Pues bien, vino el 11 de septiembre de 1973 y por lo tanto el gobierno de Caldera I hace un operativo para sacar de Chile a dichos jóvenes venezolanos comunistas trasnochados para que regresaran a Venezuela sanos y salvos como en efecto se logró.
Conocemos personalmente a uno de esos comunistas trasnochados que increíblemente todavía siguen siendo comunista trasnochado y nos contó los pormenores de dicho rescate. El operativo fue coordenado entre la cancillería que presidía Arístides Calvani, el ministerio de la defensa cuyo ministro era el General Pardi Dávila y el embajador de Venezuela en Chile que para este momento era Orlando Tovar.
5- Pinochet fue un dictador, un dictador de derecha pero dictador al fin y al cabo, hay dictadores de izquierda como por ejemplo Stalin, o Fidel y Raúl Castro y dictadores de derecha como Pérez Jiménez, Chapita Trujillo, Franco o Pinochet.
Como dictador que fue, Pinochet violó derechos humanos. Todos los dictadores, sean de izquierda o de derecha, violan derechos humanos.
Como a todo dictador, a Pinochet, se le aplica muy bien la frase de Simón Bolívar nuestro Libertador, en Angostura, el 15 de febrero de 1819 y que fue la siguiente:
“Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se originan la usurpación y la tiranía”.
Los dictadores, sean de izquierda o sean de derecha, tienden a estar muchos años anquilosados, fosilizados y anclados en sus puestos. Cuando el agua no se mueve, se estanca, se empoza, se llena de todo tipo de malas bacterias, virus y todo tipo de porquerías y en consecuencia se pone hedionda, no es apta para tomar y es trasmisora de todo tipo de enfermedades. En cambio, cuando el agua corre, es un agua pura, cristalina, potable, sana, que hace mucho bien, tanto a personas, animales y cosas.
Un determinado dictador, sea de los que llaman de “derecha”, o sea de los que llaman de “izquierda”, es el equivalente al agua putrefacta y corrupta, antes dicha. Para que haya verdadera democracia, se combata la corrupción, se respeten los derechos humanos y al decir de Bolívar, que los pueblos vivan de acuerdo a la máxima felicidad posible, es necesario que no haya reelección indefinida, que los gobernantes se oxigenen mediante la alternabilidad y por lo tanto, no asfixien a sus pueblos mediante dictaduras, sean de izquierda o sean de derecha, etc.
Como en toda dictadura, sea de izquierda o sea de derecha, en el régimen de Pinochet, hubo censura. En lo de censura, se forma una especie de guerra, entre el gobierno represor que censura y la creatividad de la gente que trata de burlar la censura.
Como a todo dictador, sea de izquierda o sea de derecha, a Pinochet le picó el llamado “mareo del poder”.
Toda dictadura, sea de izquierda o sea de derecha, no es cristiana y atenta contra el plan de Dios. No es cristiana, entre otros aspectos porque todas las dictaduras, tienen entre otras características, ni controles ni frenos; tienen policías secretas, aparatos de persecución, represión, espionaje, delación (sapeo: ser “sapo” es algo asqueroso. Los “sapos” son traidores e hipócritas).
Por lo general, estos organismos represivos tienen licencia para torturar, matar sin límites.
Además tienen sus sedes en sitios clandestinos, por lo general en sótanos, varios pisos bajo la tierra, en dichas sedes clandestinas torturan a los detenidos bajo condiciones infrahumanas, muchos de los que llegan a esos sitios, no salen y si salen, salen dañados, tanto física, como mentalmente, algunos logran salir pero tan dañados, que hasta salen con lo que hoy en día se llama “el síndrome de Estocolmo”, en donde hasta le dan las gracias a sus verdugos, que no los sacaron de la mazmorras “por amor al arte” sino que por razones políticas se vieron forzados a sacarlos porque en un momento dado, para los verdugos “el mal menor” era tener que sacarlos de la mazmorra porque más daño político le hacen presos que fuera de la mazmorra.
En la dictadura de Pinochet, el organismo represivo de tortura, espionaje y sapeo, se llamó la DINA (lamentablemente, todavía hoy existen “DINAS” en algunos países y no solo en dictaduras claramente reconocidas sino también en dictaduras disfrazadas de democracia, que al día de hoy todavía existen).
En toda dictadura, sea de izquierda o sea de derecha, hay “desaparecidos” (no están desaparecidos, los desaparecen),etc, etc, etc.
Todo lo anterior atenta contra el Quinto Mandamiento de ley de Dios “No matarás”.
Ninguna dictadura se basa en principios cristianos, sea dictadura de izquierda o sea dictadura de derecha porque en ellas no se aplica aquello que dice que el poder y la política deben ser ejercidos en el mejor sentido cristiano de la palabra. Es decir, como un servicio, el poder es para servir y no para servirse. Al fin y al cabo, ese es el fundamento y la piedra angular de la doctrina política “demócrata cristiana”. Por lo tanto, el poder que ostentan los dictadores, sean de izquierda o sean de derecha, por lo general no lo usan para servir sino para ser servidos.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó lo siguiente:
“No he venido a ser servido sino a servir” (Mateo, 20,28).
También al lavarles los pies a los apóstoles, Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó cómo se debe ejercer el poder:
“Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:
-«¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Juan 13, 12-15).
A lo largo de la historia han habido gobernantes con verdadera vocación de servicio; como San Luis Rey de Francia (Luis XI), Santo Tomás Moro, mártir, de ellos pudiéramos hablar en otra oportunidad.
Debemos procurar tener gobernantes como que ante todo no sean dictadores sino verdaderos servidores públicos y no lujuriosos de poder para que en consecuencia tengamos autoridades honradas, honestas y a la vez eficientes y competentes, que nos dirijan a vivir en una sociedad en verdadera paz, progreso, justicia y bienestar.
6- El poder debería ir acompañado de una verdadera vocación de servicio; la finalidad del poder debe ser el servir; si no es así, y es solo el poder por el mero placer que da el poder, se trata de “lujuria del poder”, “el desmedido afán de poder”:
"42.Jesús los llamó y les dijo: «Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones actúan como dictadores, y los que ocupan cargos abusan de su autoridad. 43. Pero no será así entre ustedes. Por el contrario, el que quiera ser el más importante entre ustedes, debe hacerse el servidor de todos, 44.y el que quiera ser el primero, se hará esclavo de todos. 45. Sepan que el Hijo del Hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida como rescate por una muchedumbre»".
(Marcos 10, 42-45).
Toda dictadura, sea de izquierda o sea de derecha, atenta contra el plan de Dios, entre otros aspectos porque Dios no creó libres y nos dio la capacidad de escoger y como consecuencia de dicha capacidad de escoger, Dios sabía de antemano que nos íbamos a equivocar; es decir, íbamos a escoger hacer el mal en lugar del bien, nos íbamos a equivocar al escoger e íbamos a pecar, hacerle daños a los demás, etc.
Y a pesar de todo lo anterior, Dios no nos creó como un robot, no nos creó “en serie”, nos creó libres como dice en el libro del Génesis “a su imagen y semejanza” y una de esas grandes semejanzas que tenemos con Dios es la de ser libres, la de tener capacidad para escoger y es el caso que ninguna dictadura, sea de izquierda o de derecha, respeta la sacrosanta libertad y capacidad de escoger que nos viene dada por Dios al nacer por el mero hecho de seres humanos, más bien atenta contra ella.
7- Por otra parte, en sus relaciones con el clero chileno, Pinochet nunca fue como algunos otros, ni grosero, ni mal hablado, ni mal educado; sí tuvo severos problemas con la jerarquía eclesiástica chilena, sobre todo con el Cardenal Raúl Silva Henríquez, Arzobispo de Santiago quien fue Cardenal de 1961 a 1983 pero jamás les dijo como dicen algunos otros, palabras soeces, groseras, procaces, ordinarias, chabacanas y mal habladas que deberían de lavarse la boca con lejía.
En materia religiosa Pinochet tenía delirios mesiánicos, Pinochet dijo lo siguiente:
“Yo creo lo mismo que San Pablo, Dios nos eligió para cumplir misiones y nos facilita el camino para que se haga lo que Él mandó”.
"Si es necesario vamos apretar la mano para salvar al país. Cuando los chilenos vean lo que es el COMUNISMO y entiendan sus ENGAÑOS, me darán la razón". Atentamente, Augusto Pinochet.
8- Otra cosa que hizo Pinochet distinta a Allende fue el haberse aliado a los Chicago Boys con los que implantaría en Chile el llamado “capitalismo Salvaje”. Es de notar que en la declaración 49 obispos venezolanos, declarada en Venezuela por los años 80, entre tantas cosas que dijeron estuvo lo siguiente:
“Ni capitalismo Salvaje ni socialismo marxista”.
El socialismo marxista estaba personificado en Allende y el capitalismo Salvaje en Pinochet.
Una de las primeras medidas económicas que hizo Pinochet fue sacar a Chile del “Acuerdo de Cartagena”, o “Pacto Andino”, hoy en día llamado “Comunidad Andina de Naciones” (CAN). Es de notar que Chávez también hizo lo mismo: sacó a Venezuela de CAN, por algo dicen que los extremos se tocan.