Diego Arria y la liberación de Orlando Letelier. El asesinato de Orlando Letelier, ¿lo mandó a matar Pinochet?

 escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com

                               @caballitonoble 

1- "Yo negocié con Pinochet para sacar a Orlando Letelier de Chile". Diego Arria

 

Vamos a narrar en este punto una curiosa anécdota de un dictador de derecha como lo fue Augusto José Ramón Pinochet Ugarte. Pues bien, hay un señor que se llamó Orlando Letelier Del Solar, economista, en 1971 fue designado embajador en los Estados Unidos por el presidente socialista Salvador Allende.

 

Dos años más tarde, sirvió como ministro de Relaciones Exteriores y luego como Ministro de Defensa, cuando el 11 de septiembre de 1973 Pinochet da el golpe de estado, o como se le quiera llamar, contra Allende, Letelier cae prisionero, fue detenido y torturado, siendo enviado a una prisión política en la isla Dawson, en el Estrecho de Magallanes.

(Orlando Letelier)
(Orlando Letelier)

Es el caso que Letelier era compadre del venezolano Diego Arria Salicetti, quien fue trabajó en lo que fue  la CONAHOTU en el primer gobierno del Dr Rafael Caldera (Comisión Nacional  de Hoteles y Turismo), gobernador del Distrito Federal y ministro de Información y Turismo en el primer gobierno Sr Carlos Andrés Pérez, candidato presidencial en 1978, elecciones que ganara el Dr Luis Herrera Campins, embajador de Venezuela en la ONU y presidente del Consejo de Seguridad de la ONU en el segundo gobierno del Sr Carlos Andrés Pérez; habiendo tenido Diego Arria parte muy activa, trascendental e importante en la búsqueda de la solución pacífica en la llamada “guerra de los Balcanes”, “el conflicto de Bosnia”, a tal punto que se creó la llamada “Fórmula Arria”, siendo esta una nueva herramienta diplomática que se aplica en el Consejo de Seguridad de la ONU para facilitarle a las partes en conflicto el poder llegar a un acuerdo que fin al conflicto, llegó a ser uno de los más importantes asesores de Kofi Annan, ex secretario general de la ONU y hoy en día en el exilio pero a la vez siendo una de las figuras más importantes de la oposición venezolana aunque esto es otro tema en el que no vamos a entrar ahora.

 

2- Diego Arria y Orlando Letelier habían sido compañeros cuando trabajaron juntos en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). 

El caso es que en 1975, Diego Arria aún era Gobernador del Distrito Federal, se va para Chile y le pide a Pinochet que libere a su compadre y amigo Orlando Letelier, vamos a transcribir las palabras del propio Diego Arria:

“Mi pasión y solidaridad por la causa de América Latina se la debo fundamentalmente a dos grandes chilenos: Felipe Herrera y Orlando Letelier que me llevaron a trabajar al Banco Interamericano de Desarrollo en Washington DC. Mi amistad con Orlando e Isabel su mujer, no pudo ser más estrecha. Mi única hija para entonces, Carolina, fue su ahijada.

 

Poco más de un año antes, el 11 de septiembre de 1975, cuando se cumplía el segundo aniversario de la muerte de Salvador Allende, fui a Chile a entrevistarme con el General Pinochet, a quien le solicité audiencia para interceder por la libertad de mi amigo, entonces prisionero en la infame isla de Dawson. Previamente, expliqué a su embajador en Caracas que mi solicitud era de carácter estrictamente personal, tal como había acordado con el presidente Pérez.

 

De hecho, la relación de nuestro gobierno con el de Pinochet era casi inexistente, al punto que lo primero que hizo Pinochet al recibirme en el entonces Edificio de la UNCTAD fue reclamarme los desaíres del presidente Pérez en una reunión de la OEA, al igual que sus criticas opiniones sobre su gobierno. Esas fueron sus primeras palabras cuando me recibió acompañado de su Canciller, el Almirante Patricio Carvajal.

Evadiendo sus palabras le expresé que estaba allí por un acto de amistad y que Orlando solo había estado poco tiempo de ministro de la Defensa. De inmediato, me espetó: “Mire Don Diego: hay gente que en poco tiempo hace harto daño”. Pensé que era un mal inicio. De allí pasamos a otras consideraciones y más tarde me sorprendió cuando me dijo: “Almirante: entréguele el señor Letelier a Don Diego”.

 

Efectivamente, esa noche me mudé a nuestra embajada donde ya había podido hacer ingresar a Isabel y a los padres de Orlando. Era ya tarde cuando un coronel chileno me hizo entrega formal de mi compadre.

Al día siguiente, partí con él a Caracas. No había sido expulsado a Caracas, como asegura el embajador Valdés, sino que fue entregado al gobierno de Venezuela. Allí estuvo asesorándome en programas que desarrollaba como gobernador hasta su partida a Washington…

 

No era posible imaginar al verlo partir que poco más de un año después, lo traería de nuevo a Caracas pero esta vez como su último viaje, antes de su destino final en Santiago”. Fin de la cita

3-Pinochet que fue de todo menos bruto y torpe, libera a Letelier, en atención y respeto a una petición de un alto funcionario del gobierno venezolano. 

 

Juan Pablo Letelier es un senador chileno por el partido socialista, es hijo de Orlando Letelier y declaró lo siguiente:

“Diego Arria no es un hombre de izquierda, pero era un hombre que tenía una profunda amistad con mi padre y que tenía una vocación democrática. Él tuvo un gesto que retrata lo que era Venezuela en ese tiempo, que era de una tremenda solidaridad por lo que estábamos viviendo los chilenos en una situación de crisis. Por eso, hubo miles de chilenos que terminaron viviendo ahí”. Fin de la cita.

 

Por Internet conseguimos la siguiente información complementaria:

“Orlando Letelier fue traído a Santiago desde el centro de detención en Ritoque el 9 de septiembre y trasladado a la embajada venezolana. Al día siguiente, partió con Arria a Venezuela… 

Al otro día, Arria viajaba con Letelier y su familia hacia Caracas, y lo contrató como asesor durante seis meses en la gobernación de Caracas, donde Diego Arria era gobernador. En dicha ciudad dio empleo a varios refugiados políticos del gobierno de Allende, como Arturo Girón, ex ministro de Salud; Darío Pavez, ex gerente general de CORFO; Patricio Huidobro, ex vicecanciller; José Jorquera, ex jefe de prensa, entre otros.

Precisamente por esa ayuda solidaria a nuestro país, el Presidente Eduardo Frei lo condecoró en noviembre de 1996 con el mayor mérito a un civil, que es la gran cruz de O’Higgins”. Fin de la cita.

 

4-Sigamos leyendo a Diego Arria:

“Al igual que el embajador Valdés, yo también puedo precisar el momento que recibí la noticia del asesinato. Estaba en el despacho del entonces Presidente de Venezuela, quien recibía al presidente José López Portillo, de México. Un oficial de la guardia presidencial me pasó una nota diciendo que una bomba había acabado con nuestro compañero. De inmediato compartí con el presidente Pérez la noticia y le pedí autorización para recoger el cuerpo de Orlando y de traerlo junto con sus familiares a Caracas. No demoró ni un segundo para aprobarlo y así lo hicimos.

Pérez no temía las implicaciones de este acto, al punto que cuando organicé, como Gobernador de Caracas, el funeral de Orlando lo hicimos en la sala principal de la Alcaldía de Caracas, donde Pérez convocó a todo su gabinete y altos funcionarios del Estado para velar a Orlando. No promovió esta manifestación de solidaridad publica con la causa de Orlando porque desconocía las fórmulas diplomáticas; todo lo contrario: esa era la manera de decirle al mundo que condenaba este crimen y, por consiguiente, al régimen responsable”. Fin de la cita.

 

5-Letelier estuvo enterrado en Caracas y luego de la salida del gobierno por parte de Augusto Pinochet, el propio Diego Arria llevó personalmente los restos mortales de Orlando Letelier a Chile, su patria, país en el que actualmente los restos mortales de Letelier descansan en paz.   

Con relación a este deplorable crimen fueron procesadas y condenadas varias personas, entre ellos estaban Michael Townley, un expatriado estadounidense con lazos cercanos a la terrible agencia de inteligencia chilena DINA, el general Manuel Contreras, antiguo jefe de la DINA y el general de brigada Pedro Espinoza.

 

Como vimos, Diego Arria logra liberar a su compadre y amigo Orlando Letelier, lo lleva por un tiempo a Caracas y posteriormente Orlando Letelier se residencia en Washington, cuidad en la que en 1976 muere Letelier al explotar una bomba colocada debajo del piso del vehículo en que se movilizaba, el coche bomba también mató a la ayudante estadounidense de Letelier, Ronni Moffit.

El asesinato de Letelier fue considerado dentro del llamado “Plan Cóndor”, plan de asesinar a varios chilenos opositores a Pinochet que se encontraban fuera de Chile, plan del que acusaban a Pinochet de ser el creador directo y personal, siendo Orlando Letelier, uno de los objetivos del “Plan Cóndor”. Si bien se trató de involucrar a Pinochet en este crimen como fruto de dicho plan Cóndor, nunca se le pudo probar que haya sido él el que dio la orden de matar a Letelier. Más bien fueron los arriba citados los hallados responsables de los asesinatos contra Orlando Letelier y la señora Ronni Moffit. 

 

Posteriormente acusaron a Pinochet por otros crímenes, tanto de violación de los derechos humanos como de corrupción (juez Baltazar Garzón incluido) pero nunca por el caso de los asesinatos Letelier/ Moffit.

 

Hay dos puntos centrales que queremos resaltar:

 

A) Diego Arria

Habla muy bien lo que hizo Diego Arria con su compadre Orlando Letelier, Diego Arria hizo de Buen Samaritano.  Sea lo que sea que haya hecho o no hecho Diego Arria, en este caso hizo un sublime acto de caridad cristiana y de amistad solidaria. Los verdaderos amigos se aparecen en las malas sin ser llamados tal cual apareció Diego Arria sin que lo llamaran.  

B) Diego Arriba liberó en Chile, a su amigo y compadre Orlando Letelier, en el Santo Evangelio no dice si la persona que fue ayudada por el Buen Samaritano era buena o mala, si era honesta o era deshonesta, en el Santo Evangelio dice que "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.

Diego Arriba liberó a su amigo Orlando Letelier de la cárcel chilena, en la torturado y en la que mal que bien, era un preso político de una dictadura en su propio país en la que no había tenido un juicio justo, objetivo e imparcial; luego lo trajo a Venezuela, le consiguió trabajo y también a los chilenos compañeros de Letelier que estaban exiliados en Venezuela; posteriormente lo ayuda a residenciarse en Washington, luego de asesinado en dicha ciudad se trae su cadáver a Caracas, hace que le rindan honras fúnebres de parte del alto gobierno del momento en Venezuela que  era el de Carlos Andrés Pérez I, luego cumple con una de las 7 obras de misericordia corporales como es la de enterrar los muertos y luego al salir Pinochet del gobierno ya que Pinochet había expresamente prohibido que fuera enterrado en Chile, exhuma el cadáver y  lo lleva a Chile para que su patria fuera su última morada en la que está definitivamente enterrado.        

 

En el Santo Evangelio no dice si la persona que fue ayudada por el Buen Samaritano era buena o mala, si era honesta o era deshonesta, en el Santo Evangelio dice que "Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto". 

El Santo Evangelio no califica al Buen Samaritano, todo lo que dice es que era “un hombre”. Tampoco califica al Buen Samaritano: 

 

 “Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva." Referencia: Santo Evangelio según san Lucas 10, 25-37. 

 

No  podemos  politizar este hecho por parte de Diego Arria, que fue noble, solidario y de acuerdo al mejor espíritu cristiano, como que  Letelier era Allendista, marxista, comunista, leninista, izquierdista y como que Diego Arria era Carlos Andresista, etc.

 

De Diego Arria se podrá decir lo que fuere, lo cual es punto aparte, pero hay que reconocerle que con Orlando Letelier, fue un verdadero, noble y solidario amigo y que practicó la verdadera caridad cristiana como nos la enseñó nuestro Señor Jesucristo a través de la parábola del Buen Samaritano. 

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

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@caballitonoble