Rómulo Gallegos: un gran escritor y un presidente digno, valiente e indoblegable  

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com  @caballitonoble 

Primera parte

1- Al general Gómez le decían que la novela ’’Doña Bárbara’’, era contra él y que precisamente en él, que era un dictador, estaba simbolizado Doña Bárbara y a la vez, en Santos Luzardo estaban reflejadas, lo que no existía en Venezuela para ese momento, como lo es la democracia, la libertad, la libertad de expresión, la alternabilidad en el ejercicio del poder, la independencia del poder judicial, las instituciones libres autónomas e independientes del poder ejecutivo (lo de hoy en día, seria para un análisis aparte). 

 

No olvidemos que Gómez traicionó a Cipriano Castro. En 1908, Gómez le dio un golpe de estado a Cipriano Castro. Éste confiaba totalmente en Gómez y deja a Gómez encargado de la presidencia cuando Castro, por motivos de salud, se ve obligado a irse a Alemania para operarse. 

 

Es verdad lo que tanto, hoy en día, todo se dice: que Gómez tuvo el apoyo de los norteamericanos y las compañías petroleras. Hubo un pacto secreto entre ambos. Claro que eso es una traición. La traición de Judas Iscariote describe muy bien lo que es una traición:

 

A) Jamás una traición será gratis, siempre tendrá un precio. 

 

En el caso de Judas fue de treinta monedas de plata. De acuerdo al libro del Éxodo 21,32, éste era el precio de un esclavo. La entrega de Cipriano Castro y su mensaje nacionalista (justo hay que decirlo), fue a cambio que Gómez como presidente, dejara la política nacionalista como en efecto la dejó.  A cambio de traicionar a Cipriano Castro, para gobernar dictatorialmente a Venezuela, Juan Vicente Gómez tuvo el apoyo norteamericano y de las compañías petroleras, para sostenerlo en su gobierno como en efecto sucedió.

Aquella era la época, en que había aquella política norteamericana que decía que ’’Los Estados Unidos no tienen ni amigos ni enemigos, solo tienen intereses’’. Rómulo Gallegos interpretó muy bien esta política exterior norteamericana en su novela ’’Doña Bárbara’’ a través del personaje ’’Mister Danger’’

Hay que reconocer que esta política exterior norteamericana, posteriormente fuera cambiada a partir de John F Kennedy y sus sucesores, con muchas cambios, tales la llamada política de Kennedy llamada ’’Alianza para el progreso’’, etc. Hasta Nixon tuvo la política de ’’más comercio y menos ayuda’’, etc. 

 

B) La traición siempre se hace a espaldas del traicionado, nunca el traidor lo hace ’frente a frente’’

 

Judas fue en secreto a vender a Jesucristo y mientras se ejecuta la traición, lo disimula y pone su mejor cara, tal cual hizo Judas e hizo Gómez ya que éste también fraguó su traición en secreto. 

 

C) Un traidor, por definición, no es un enemigo. Un enemigo será otra cosa pero no traidor. 

Para que se dé una traición, tiene que partir de “un amigo”, de alguien de adentro, de alguien cercano. Judas Iscariote fue alguien cercano a Jesucristo. Judas era uno de los 12 apóstoles: 

“Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: "Les aseguro que uno de ustedes me entregará". 

 

Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. 

 

Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús. 

 

Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: "Pregúntale a quién se refiere". 

 

Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: "Señor, ¿quién es?". 

 

Jesús le respondió: "Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato". Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. 

 

En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: "Realiza pronto lo que tienes que hacer". 

 

Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. 

 

Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: "Compra lo que hace falta para la fiesta", o bien que le mandaba dar algo a los pobres. 

 

Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Era de noche” (San Juan 13,21-33.36-38).

También hemos querido resaltar la frase:

"Era de noche”.

Juan Vicente Gómez era amigo, compadre, vicepresidente y hombre de la total y absoluta confianza, de Cipriano Castro.

 

2- Ninguna traición será jamás digna de elogios. Gómez era de origen pobre y humilde, y murió siendo el hombre más rico de Venezuela; cuestión que suele suceder con todos los dictadores, sean estos de los que llaman de la ’’derecha’’ o de los que llaman de la ’’izquierda”. 

 

Es muy extraño ver que un dictador muera pobre y que no deje una fabulosa y cuantiosa herencia, que antes que pase por el fisco, se evapora en la llamada ”declaración sucesoral”, a la que se supone están obligados todos los ciudadanos, sean hijos de quien fuere. 

 

A los dictadores, sean estos de ’’derecha’’ o de ’’izquierda”, les encanta proclamar que ellos y su familia, que son los más humildes de todos los ciudadanos e iguales ante la ley como cualquier ciudadano de a pie. 

 

Además, en ’’Doña Bárbara’’, estaban reflejados personajes característicos de todas las dictaduras, entre ellos, ’’el bachiller Mujiquita’’, el típico adulante arrastrado; quien posteriormente en ’’el Show de Joselo’’, lo interpretaran magistralmente en un personaje llamado ’’Jaletti’’.

 

La verdad sea dicha, los ’’bachilleres Mujiquitas’’ y los ’’Jaletti’’, no son propios solamente de las dictaduras, son también propios de las democracias.

 

La adulancia era tal que en una oportunidad, el general Gómez le preguntó a uno de sus colaboradores:

 

 "¿Qué hora tiene, por favor?". 

 

Pues bien, no se le ocurrió una mejor respuesta que contestarle: 

 

"Es la hora que usted quiera que sea, mi general…".

 

Bueno, éste no jaló sino que se guindó. En aquella época no se permitían concursos en los que los funcionarios públicos se pudieran sentir ’’ofendidos’’ (hoy en día, tampoco se permiten en Venezuela); pero si en aquella época se hubieren permitido, a este le hubieren tenido que haber dado el premio del “mecate de oro” o del ”Tarzán de Oro“ por aquello de la guindada, con el perdón de Tarzán, que al menos era digno, noble y valiente.     

 

Sin embargo, Gómez que tuvo muchos defectos y que hizo muchas cosas que no ha debido de haber hecho, entre ellas ser traidor, tuvo “la virtud’’ si es que así se puede llamar, de haberse sabido proteger de los adulantes. Gómez no era ni letrado, ni culto, era ignorante; pero era un hombre astuto, zamarro y que además, era un profundo conocedor de la psicología y naturaleza humana. La siguiente anécdota lo demuestra:

 

Una vez, un humilde campesino de Yaracuy llegó donde el General Gómez y le dijo:

 

"Mi general: aquí le traje la yuca más hermosa de mi huerto, la preparé muy cuidadosamente para usted, para que usted tuviera la mejor y más hermosa yuca de toda Venezuela".

 

"Muy bien", le dijo el general Gómez:

 

"Lo voy a recompensar, usted ha sido un buen hijo de La Patria y un fiel servidor a mi persona. Y como premio le voy a regalar mil Bolívares". 

 

Para aquella época, aquella cantidad de dinero era una fortuna. Por mil Bolívares una familia completa iba a Europa por todo el verano y le sobraba dinero. La limosina presidencial valía Bs 4.000,00, etc.

 

Pues bien, uno de sus más cercanos colaboradores, vio aquello y pensó:

 

’’Si a este humilde campesino por una simple yuca el general Gómez le regala mil Bolívares… pues yo en mi casa tengo una inmensa perla proveniente de La Isla de Margarita…Ya sé…se la voy a regalar al general Gómez. Y a mí que soy uno de sus más cercanos colaboradores, ¿qué no me dará por esta hermosísima perla? ’’

Y fue al día siguiente fue al despacho del general Gómez y en medio de una gran zalamería, adulancia y rimbombante jaladera, le "regaló" la perla a su “general Benemérito". Entre otras adulancias le decía que el único ser digno de tener semejante perla, era el más grande venezolano: el Benemérito, Juan Vicente Gómez…

 

Al ver esto y recibir la perla, el General Gómez le dijo:

     

"Que bien, usted ha hecho algo importante y útil por su patria al haberme obsequiado tan hermosa perla. Yo, por tan noble acción lo voy a recompensar… espérese un momento que ya vengo…”

 

Al volver le dijo:

 

“Como premio a su noble gesto, le voy a regalar esta yuca que me costó mil Bolívares…"

 

3- En la tarde de un día domingo, Gómez convocó para que varios miembros de su gobierno y algunas personalidades de la época ligadas a su gobierno, fueran a Las Delicias de Maracay, a que le leyeran ’’Doña Bárbara’’.

 

Luego del almuerzo, comenzó la lectura a la que Gómez le prestó la máxima atención. En la madrugada terminan de leerle el libro y se hace un silencio sepulcral. Se podía escuchar hasta el aleteo de las moscas. Todo el mundo quería saber cuál era el dictamen del general Gómez. Éste, que sabía manejar muy bien los tiempos, deja que el silencio corriera por un tiempo prudencial y luego dice:

 

“Ese libro es muy bueno. Tan bueno es, que un libro tan bueno no puede estar contra mi gobierno que también es muy bueno. Por lo tanto, que nadie se meta ni con ese libro ni con Don Rómulo Gallegos. No se hable más sobre el asunto.” 

 

4- En nuestra opinión, el General Gómez, claro que se dio cuenta que ’’Doña Bárbara’’, era un libro que subliminalmente atacaba ferozmente a su gobierno. Gómez no era un ingenuo para no pensar que el personaje de Doña Bárbara, no era un simbolismo de lo que Rómulo Gallegos consideraba, era la barbarie gomecista.  

 

De la novela ’’Doña Bárbara’’, se podía decir que ”más claro no canta un gallo’’ y que obviamente Rómulo Gallegos se refería a lo que aspiraba fuera el final de la dictadura gomecista cuando escribió lo siguiente: 

 

“La noticia corre de boca en boca: ha desaparecido la cacica del Arauca. Se supone que se haya arrojado al tremedal, porque hacia allá la vieron dirigirse, con la sombra de una trágica resolución en el rostro; pero también se habla de un bongo que bajaba por el Arauca, y en el cual alguien creyó ver una mujer. Lo cierto era que había desaparecido…a la presunción de suicidio se opuso la de simple desaparición… Transcurre el tiempo prescrito por la ley para que Marisela pueda entrar en posesión de la herencia de la madre, de quien no se han vuelto a tener noticias…’’ (Fin de la cita del capítulo final de ’’Doña Bárbara’’).

Y obviamente que Gallegos, soñó con una Venezuela en la que la civilización, en la que una Venezuela nueva, venciera a la barbarie gomecista cuando escribió lo siguiente: 

 “Y desaparece del Arauca el nombre de El Miedo y todo vuelve a ser Altamira. ¡Llanura venezolana! ¡Propicia para el esfuerzo como lo fuera para la hazaña, tierra de horizontes abiertos donde una raza buena ama, sufre y espera!... ’’ (Parágrafo final de ’’Doña Bárbara’’).

5- El General Gómez sabía muy bien que censurar dicho libro y meter preso a Rómulo Gallegos, le iba a traer un costo político muy grande a él y a su gobierno, por eso decidió ”indultar”  dicho libro y a su creador Rómulo Gallegos. 

 

Para poder entender esto, por parte del general Gómez, de “perdona vidas” de dicho libro y de creador, hay que verlo en el contexto del momento histórico que vivía Venezuela para aquel momento, tanto en lo nacional, como en lo internacional. Veamos:

 

Como antes dijimos, en el año 1908, Juan Vicente Gómez, le dio un golpe de estado a su compadre Cipriano Castro. Todo estuvo relativamente bien hasta el año 1927. Para finales del año 1929, astuto y zorro como Gómez era, se dio cuenta que en torno a su gobierno,  había debilitamiento y fatiga. Esto fue debido a 20 años en el poder y además, por la revuelta estudiantil de la llamada “Generación del 28” y el alzamiento de una expedición armada en el llamado “vapor Falke". Esto último fue el día 11 de agosto de 1929. 

 

Además, empezaban a soplar aires de libertad sobre Venezuela, debido a que el concepto de democracia estaba empezando a correr por el mundo. En consecuencia, para disimular que no era ni un dictador, ni un tirano, le ordenó, al “Soberano” Congreso Nacional’’, que nombrara a incondicionales a su servicio, como “presidentes de La República’’. 

Gómez seguía siendo el amo del poder. Gómez se iba a Las Delicias, en Maracay. Y si bien había un “presidente” civil, Gómez era el que verdaderamente mandaba, controlaba todas las instituciones, el ejército, etc.

En una palabra: Gómez controlaba toda la vida política de Venezuela. Lo de un “congreso soberano” y un “presidente” civil’’, era para tratar de aparentar tanto nacional como internacionalmente, una democracia que no existía. Era una dictadura disfrazada de democracia. 

 

Sin embargo, sucedió algo en que el general Gómez se equivocó:

 

En época de uno de estos supuestos “presidentes’’, ocurrió la injusta expulsión de Venezuela, del obispo de Valencia, Monseñor Salvador Montes de Oca. Este fue un obispo valiente, digno y mártir, cuyo proceso de beatificación está actualmente en curso.

 

Veamos el contexto en el que ocurrió dicha expulsión: 

 

Cipriano Castro había tenido muchos conflictos con la Iglesia y eso que Cipriano Castro había sido seminarista. Cuando posteriormente Gómez le dio un golpe a Cipriano Castro, Gómez se dedicó a recomponer las relaciones con la Iglesia. El general Gómez había hecho importantes obras para la Iglesia Católica como la restauración de La Catedral de Caracas, la construcción del Seminario Santa Rosa de Lima, etc. Esto le valió que el Papa lo hubiera condecorado con la pontificia orden “San Gregorio Magno’’. Las relaciones entre el general Gómez iban bien hasta el incidente de la expulsión de Monseñor Montes de Oca, de Venezuela.

 

En honor a la verdad, dicha expulsión no la ordenó el general Gómez, ni tampoco era por un asunto que tuviera que ver directamente con él. En lo que tuvo responsabilidad Gómez, fue en que la permitió y no hizo nada por impedirla. Más bien parece que Gómez quiso ’’medir fuerzas’’ con el clero.

 

En Valencia había ocurrido un hecho muy sórdido, muy lujurioso y adulterino, entre dos altos personeros políticos de aquella cuidad, en la que a cambio de conseguir un favor y un ascenso, un subalterno pretendió venderle la esposa al jefe, pero la esposa, en vez de reaccionar como Putifar, reaccionó como en ese caso, hubiera reaccionado Santa María Goretti y no se prestó a aquel oprobio, felonía, inmundicia suciedad y asquerosidad, que pretendía el marido.

 

En consecuencia, la señora huyó al palacio arzobispal y le advirtió a  Monseñor Montes de Oca, que no seguiría viviendo más con el oprobioso marido. A Monseñor Montes de Oca no le quedó más remedio que darle asilo provisional a la angustiada dama, mientras llegaba el papá a quien llamó con extrema urgencia.

 

Como consecuencia de eso, Monseñor Montes de Oca dictó la  "Instrucción sobre el Matrimonio”, de fecha 4 de octubre de 1929, para ser leídas en todos los púlpitos de Valencia, como en efecto se hizo.

 

Evidentemente que en la Pastoral antes dicha, no nombraba al político valenciano. Sin embargo, el alto político valenciano se dio por aludido y juró que se vengaría del Obispo y tramó venganza contra él. 

 

Ahora bien, el alto político de Valencia propició que el “gobierno” del ’’presidente’’ que no era el general Gómez, expulsara a Monseñor Montes de Oca de Venezuela.

 

¿Resultado final?

 

En fecha 11 de octubre de 1929, apenas una semana después de que Monseñor Montes de Oca, Obispo de Valencia, emitiera la Pastoral "Instrucción sobre el Matrimonio”, era emitido el decreto que lo expulsaba del territorio de la República, “quedando en consecuencia privado de toda jurisdicción en el país…”. Monseñor Montes de Oca fue a parar a Trinidad.

Lo primera reacción a la expulsión fue una carta de protesta del Nuncio de su Santidad, Monseñor Fernando Cento. La carta es de fecha 12 de octubre de 1929, dirigida al Ministro de Relaciones Interiores. Nótese que se hizo al día siguiente del decreto que lo expulsara del país. 

 

Luego vendría otra carta de protesta, del 16 de octubre del Arzobispo de Caracas, Monseñor Felipe Rincón González dirigida al ’’presidente’’, que no era Gómez sino el que había puesto el general Gómez (cometario nuestro, no de los obispos).  

 

Siguieron protestas de calle, publicaciones y afines, en favor de los obispos. El 11 de marzo, se vuelve a reunir la Conferencia Episcopal y vuelven a hacer una nueva carta de protesta y aclaración, dirigida al ’’presidente’’ (ídem). No solo por la injusticia cometida contra Monseñor Montes de Oca sino también contra las injusticias cometidas por parte del gobierno nacional contra ellos mismos”. Esto fue la gota que derramó el vaso que hizo que ’’el gobierno’’ que había puesto el general Gómez, entrara en un alto grado de insania mental (ídem). En consecuencia, calificaron el documento de la Conferencia Episcopal como un acto subversivo por parte de los Obispos que supuestamente querían tumbar al gobierno y por lo tanto, acordaron la expulsión de todos los Obispos de Venezuela. 

 

Aquella locura desenfrenada que habían ocasionada por dos políticos en Valencia, le estaban creando al régimen gomecista, un severo problema con la jerarquía de la Iglesia Católica, que podía llegar hasta el mismo Papa, que para ese momento era Pio XI

De alguna manera, aunque Gómez no era culto, se le tuvo que haber pasado por la cabeza algo similar a la famosa frase del libro “Don Quijote”:

 

“Con la Iglesia hemos topado, amigo Sancho”.

 

Esto era algo que el general Gómez, no se podía dar el lujo de permitirse. Gómez no era precisamente un devoto, tampoco un practicante de la religión, más bien fue un semental, un padrote que hubiera servido como caballo de cría, ya que tuvo alrededor de 50 hijos y nunca se casó; pero, como buen andino, sabía del poder que tenían los curas y por lo tanto, tuvo que poner orden en casa. 

En esto último ayudó mucho que en medio de aquella locura, los altos personeros del gobierno impuesto por Gómez, por lo menos, debían tener la cortesía, de ir a Maracay, a pedirle permiso al general Gómez, antes de expulsar a todos los obispos de Venezuela. Para explicar cómo fue esto, citemos al cardenal Quintero:

 

 Cuando fueron a Maracay “a tratar sobre la expulsión, lo primero que le dijeron a Gómez fue:

 

"¡General, los Obispos se han alzado!"

 

Él, fingiendo alarma, les preguntó al punto: 

 

"Y ¿dónde están para salir a combatirlos?". 

 

"No es con armas -le aclararon los interlocutores- es con publicaciones irrespetuosas contra el Gobierno". 

 

"¡Ah! ¿Entonces es con las leyes?", repuso el General, y añadió: pues entonces los pelean ustedes, que son los que pelean con las leyes...

 

La anécdota es verosímil, y si se tiene en cuenta que ya Gómez conocía la carta de los Obispos, la ironía, en la que él era un maestro, no pudo ser más fina y aguda”. ” Hasta aquí el Cardenal Quintero.

 

Y a continuación el general Gómez les dijo: 

 

“Dejen quietos a los curas y no se metan más con ellos. No como carne de cura porque la carne de cura atraganta”

 

A raíz de estos infelices acontecimientos de la expulsión de Monseñor Montes de Oca, no pasaría mucho tiempo sin que el “Soberano” Congreso Nacional le solicitara “por aclamación”, al Benemérito General en Jefe, Juan Vicente Gómez, que volviera a ser Presidente Constitucional de la República. 

 

La suerte estaba echada. El Cardenal Quintero pone en el epílogo en su libro, cómo fue el final de estos acontecimientos: 

 

“Como epílogo de todo este trabajo, hemos de decir que, habiendo tomado posesión de la Presidencia de la Repúbli¬ca, el general Gómez, el 13 de julio de 1931, con fecha 3 de agosto, siguiente dio un decreto por el que suspendió el del destierro de Monseñor Montes de Oca y le abrió las puertas de Venezuela, sin exigirle firmar manifestación pública alguna. 

 

El 10 de octubre de ese año, o sea, cuando faltaba apenas un día para cumplir exactamente dos años de exilio, el Obispo desembarcó en La Guaira y lo primera que hizo, mientras los que habían acudido a recibirlo lo vitoreaban y aplaudían, fue arrodillarse y besar el suelo de la Patria.  

 

Ese beso -signo de amor triunfante- fue el punto final de una etapa de dolor y de honor tanto en la vida del Prelado como en la historia de nuestra Iglesia. LAUS DEO”.  Es decir, gloria a Dios”. Hasta aquí el Cardenal Quintero.

 

Y como punto final, diremos que Monseñor Salvador Montes de Oca quiso ser cartujo.  En efecto, luego de volver a Venezuela le pidió permiso al Papa para tales efectos y éste se lo concedió. Por lo tanto, fue a una cartuja en Italia pero fue lamentablemente asesinado por los nazis junto con sus compañeros, en La cartuja donde se encontraba. Este crimen fue en 1944.

 

6- Hemos querido insistir en el caso de la injusta expulsión del obispo Montes de Oca, porque salvando las diferencias, para un dictador como Gómez, había también similitudes entre enfrentar a sacerdotes y enfrentar a intelectuales. Vamos a ver la relación que tiene que ver la equivocación del general Gómez en haber permitido la expulsión de monseñor Montes de Oca, con la decisión que vamos a ver que tomó el general Gómez en relación a Rómulo Gallegos ya que como dijimos, el general Gómez no se creyó el cuento que ’’Doña Bárbara’’ era la personificación de su persona pero se dio cuenta que haberse metido y expulsado a Monseñor Montes de Oca de Venezuela, le trajo un terrible costo político en su contra. En consecuencia, también le podía salir muy pero muy caro si hacia algo similar con el gran intelectual novelista en que se había convertido Rómulo Gallegos, tanto a nivel nacional como internacional.

 

Veamos el contexto, tanto nacional como internacional, que rodeaba a Rómulo Gallegos y como esto, no le permitió al general Gómez, el darse el lujo de pretender expulsar de Venezuela a Rómulo Gallegos, tal cual el régimen gomecista expulsó de Venezuela a monseñor Montes de Oca, o meterlo preso, o mucho menos, censurar sus obras, como ’’Doña Bárbara’’ su obra cumbre, en la que de paso, lo asociaba con la tiranía y la barbarie.  Veamos:  

 

7- Vamos a referirnos a algunos hechos históricos, ’’antes, en y después’’, de la época del general Gómez, para demostrar que para bien o para mal, los siglos XIX y XX, fueron dos siglos, en los que hubo muchos intelectuales y mucha ideologías:

 

Rómulo Gallegos fue un intelectual, muy prestigioso y muy conocido en Latinoamérica y en Europa, escribió no solamente ’’Doña Bárbara’’, sino también Canaima, Cantaclaro, Pobre Negro, El Forastero, Sobre la misma tierra, Reinaldo Solar, La Trepadora, etc. 

 

El prestigio de Rómulo Gallegos fue tan grande, que fue electo presidente de la república, en las primeras elecciones presidenciales directas, secretas y universales, que hubo en Venezuela. Fue electo en diciembre de 1947, 11 años después de haber muerto el general Gómez. Hay que tomar nota que antes de estas elecciones, las elecciones presidenciales en Venezuela, eran de segundo grado, ya que votaba el congreso y no el pueblo. Además no podían votar ni las mujeres, ni los analfabetos. 

 

A la luz de lo antes dichos, vamos a narrar los acontecimientos que vienen a continuación:

8- El llamado ’’Mayo Francés’’, que sucedió en 1968, fue fruto de la ideología de unos intelectuales, llamados ’’los existencialistas’’, cuya figura más representativa fue Jean Paul Sartre.

El ’’Mayo Francés’’, fue futo de la ideología de unos intelectuales, llamados ’’los existencialistas’’, cuya figura más representativa fue Jean Paul Sartre.

 

El ’’Mayo Francés’’ tuvo unos muy importantes efectos políticos, sociales y económicos, que aún y de alguna manera, todavía perduran en Francia. 

 

9- La Revolución Francesa no fue fruto de la improvisación. Fue el fruto de lo que se llamó "el enciclopedismo", en los que influyeron intelectuales, tales como Rousseau, Montesquieu y Voltaire. No es el momento de analizar esto pero sí de constatar que antes de que se produjera la revolución que se produjo en las calles de París, primero se produjo en la mente de unos intelectuales. 

 

Lo mismo sucedió con el marxismo. El alemán Carlos Marx y el inglés Federico Engels, eran dos intelectuales, no eran un par de ’’tira piedras’’. Ellos armaron una arquitectura del pensamiento con lo que se llama la ’’doctrina marxista revolucionaria’’.

En buena parte, el marxismo ha podido hacer el daño que ha hecho, porque se trata de una ideología. En un momento dado, en los años 50 y 60, la tercera parte de la humanidad, habitó en zonas regidas por marxistas con ’’puño de hierro’’.

  

Al general Gómez y a Rómulo Gallegos, le tocó la época de la llamada “Revolución Bolchevique“, del año 1917. Revolución, cuyo principal líder fue Lenin. Esta fue una revolución comunista, que se basó en la ideología comunista que crearon Marx y Engels.

 

El propio Lenin llegó a decir que ’’no hay revolución, sin doctrina revolucionaria’’. Lenin murió el 21 de enero de 1924. Para hacer la historia corta, diremos que Stalin sucedió a Lenín, esto, luego que Stalin sacara de la competencia a Trotsky y a otros. No queremos pasar por alto, el hecho que en esa época, para bien o para mal, hubo mucha ideología y muchos intelectuales, y para bien, Rómulo Gallegos fue uno de ellos. 

 

10- El ex presidente francés, François Mitterrand, le pidió a Fidel Castro, la liberación del poeta Valladares. Fidel Castro lo liberó, atendiendo la solicitud que le hiciera Mitterrand, quien a su vez atendió la solicitud de los intelectuales franceses.

 

Además, hubo varios intelectuales que apoyaron a Fidel Castro y su revolución, tales como los “Premio Nobel’’ de literatura: Gabriel García Márquez, José Saramago y Pablo Neruda, quien de acuerdo a mi padre, es el mejor poeta de todos los tiempos y en todos los idiomas. 

 

Es más, al principio de la “revolución cubana”, Mario Vargas Llosa, apoyó a Fidel Castro y su revolución, hasta que de acuerdo a las propias palabras de Vargas Llosa, Fidel Castro creó campos de concentración, en los que metió cual animales, a homosexuales, indigentes, vagos, etc (lo hizo al mejor ’’estilo Hitler’’). Luego de esto, Vargas Llosa le quitó el apoyo.   

 

Hubo también intelectuales que no apoyaron la causa marxista, como Alexander Solzhenitsin, “Premio Nobel’’ de literatura quien más bien combatió a Stalin y describió los horrores de Stalin, en sus novelas, por ejemplo “Un día en la vida de Ivan Denísovich’’, “Rusia en el abismo’’, etc. 

Solzhenitsin también describió los “campos de concentración’’ en Siberia y otros lugares y que describió muy bien en su novela “El archipiélago Gulag’’. También describió muy bien el horror que se vivía en los “pabellones’’; lo hizo en su novela “Pabellón de cáncer’’, en los que maltrataban a los enfermos y a los que también enviaban a presos políticos, a los que falsamente declaraban “locos’’ o enfermos.

 

11- Felizmente, el marxismo está de salida. En buena parte, esto se debe a la inteligente, sabia y valiente gestión que en ese sentido hizo San Juan Pablo II. Cayó el muro de Berlín, también cayó la Unión Soviética. Murió el marxismo en Europa Oriental. Solo queda Bielorrusia, cuyo régimen marxista, más tarde o más temprano también, terminará cayendo. 

 

Hoy día solo queda Corea del Norte, que le terminará pasando lo que acabamos de decir de Bielorrusia. También Cuba, pero ya se ve que Fidel Castro se ha convertido en una momia mal embalsamada y Raúl Castro en un cadáver insepulto. No pasará mucho tiempo sin que el marxismo comunista, termine de morir en Cuba.

 

12-  Visto lo anterior, diremos lo siguiente:

 

Si bien algunos de los hechos anteriormente narrados, fueron anteriores o posteriores a la época del general Gómez y Rómulo Gallegos, reflejan muy bien que para bien o para mal, los siglos XIX y XX, hubo muchos intelectuales y muchas ideologías.  Para bien o para mal, a lo largo de la historia, para bien o para mal, las ideologías y los intelectuales, siempre han sido muy importantes. Es más:

 

El mismísimo general Gómez, se reunió de intelectuales, tales como José Gil Fortoul, autor de la ’’Historia Constitucional de Venezuela’’ e incluso de Laureano Vallenilla Lanz, el autor del libro ’’Cesarismo Democrático’’, en la que mal que bien, expone la teoría del ’’gendarme necesario’’, que le dio al gomecismo una cierta base de filosofía política intelectual. 

 

No solamente Juan Vicente Gómez, sino todos los dictadores, sean de lo que llaman de ’’izquierda’’, como ya vimos que hizo Fidel Castro, o sea de lo que llaman de ’’derecha’’ como veremos que hizo Marcos Pérez Jiménez, han tratado de rodearse de intelectuales y de usarlos para su beneficio y de sus dictaduras. En efecto:

Al igual que el general Gómez, el general Pérez Jiménez que tampoco era bruto, se dio cuenta que el libro ’’Doña Bárbara’’, sí estaba en contra de las dictaduras. Ya hemos hablado de eso. En consecuencia, Pérez Jiménez, en 1955, contrató a un intelectual y literato, llamado Camilo José Cela, para que ’’por encargo’’, le escribiera al régimen perezjimenista, un libro propandístico llamado ’’La Catira’’, que era una suerte de libro ’’anti Doña Bárbara’’, con el fin de hacerle propaganda a la dictadura perezjimenista y de paso, también a la franquista, y además, tratar de anular la influencia e importancia que tenía el libro ’’Doña Bárbara’’ en las luchas contra las dictaduras, ya que Doña Bárbara, es la personificación de los dictadores, a quien Rómulo Gallegos en dicho libro, asemeja a los bárbaros.

 

’’La Catira’’ fracasó, como más tarde o más temprano, siempre fracasa, lo que se hace de una manera mercenaria. Camilo José Cela vino a Venezuela y su fracaso con ’’La Catira’’ fue tal, que tuvo irse escondido de Venezuela y por ’’la puerta de atrás’’.

 

Fue una ’’mancha negra’’ en Camilo José Cela, escritor que tuvo una carrera brillante. Cela fue Premio Príncipe de Asturias de las letras, lo recibió en 1987. Premio Nobel de Literatura; lo recibió en 1989; y Premio Cervantes, en 1995.

 

Uno de los triunfos más rotundos que tuvieron ’’Doña Bárbara’’ y Rómulo Gallegos, fue el que tuvieron sobre Camilo José Cela y ’’La Catira’’, porque entre otros aspectos, fue el triunfo ideológico de la libertad y la democracia, sobre las dictaduras y la barbarie, así hayan pretendido disfrazarlas mediante ’’La Catira’’.

13-  Visto todo lo anterior, vamos a la siguiente pregunta:

 

¿Qué hizo el general Gómez luego de leído ’’Doña Bárbara’’ y haber dicho que el libro era ”muy bueno” y que no se metieran con Rómulo Gallegos?

 

Respuesta:

 

Aprendió la lección del ”affaire” de la injusta expulsión de Monseñor Salvador Montes de Oca. Extrapolando lo que dijo sobre este caso, hubiera podido haber dicho lo siguiente:

 

“Dejen quieto a los intelectuales, en especial a Don Rómulo Gallegos. No se metan más con ellos, en especial con Don Rómulo. No como carne de intelectual porque la carne de intelectual atraganta”.

 

Meterse con un obispo, le trajo problemas. Gómez, que era muy astuto, intuía que también le iba a traer problemas el meterse con Rómulo Gallegos. Por lo tanto, Gómez, jugó una carta:

 

Decidió nombrar a Rómulo Gallegos, senador por estado Apure para que posteriormente fuera presidente del senado y luego ministro de              ’’Instrucción Pública’’. Es decir, pretendió comprarle la conciencia. Y así como Gómez se equivocó con Monseñor Montes de Oca, también se equivocó con Rómulo Gallegos, ya que Rómulo Gallegos partió al exilio voluntario, yéndose a New York. 

 

Y es más, el 24 de junio de 1931, le envía una carta al presidente del senado y demás parlamentarios:

 

Ciudadano Presidente del Senado y demás miembros:

 

’’Habéis ofendido el decoro de la Nación Venezolana al presentaros para que se la exhibiera, por boca de los propios representantes de sus derechos, como una colectividad que no entiende ni quiere ser gobernada sino con los recursos extremos de las autoridades absolutas. Y por todo eso habéis expuesto el ludibrio del mundo la dignidad de una patria de libertadores.

 

Yo no pretendo eludir las tremendas responsabilidades que a todos los venezolanos nos conciernen en este crítico momento de nuestra historia, pero tampoco quiero que mi nombre figure entre aquellos que van a consumar el atentado. Para redimirlo de toda sombra de complicidad, renuncio categóricamente al cargo de senador por el Estado Apure de que estoy investido. Y como ciudadano venezolano protesto contra la grave ofensa que habéis proferido a la Constitución y a la República’’. 

 

Lo de arriba refleja muy bien, quien fue Rómulo Gallegos. Un hombre íntegro, digno, valiente, vertical, una columna de hierro, consecuente con las ideas que escribió a través del personaje que creó llamado Santos Luzardo.

 

Lo que acabamos de leer de Rómulo Gallegos, de no permitir que el general Gómez, le pusiera un bozal de arepa, dándole cargos de senador y ministro, recuerda la valentía de Fermín Toro quien dijo: "díganle a Monagas que se podrán llevar mi cuerpo muerto pero Fermín Toro no se prostituye".

Esto es la primera entrega. En la segunda, analizaremos la misma actitud de dignidad, entereza y valentía, que tuvo Rómulo Gallegos,  frente al golpe de estado que le dieron el 24 de noviembre de 1948 y un aspecto poco conocido, como lo fue su aspecto religioso.   

Segunda parte

1- El 24 de noviembre de 1948, se consume el golpe de estado contra Rómulo Gallegos. Éste fue un presidente civil, legítimo y constitucional, que el 14 de diciembre de 1947, había ganado las elecciones presidenciales con el 74 % de los votos, porcentaje jamás alcanzado hasta ahora, por presidente venezolano alguno. 

 

Rómulo Gallegos tomó posesión el 2 de febrero de 1948. Además, ganó en elecciones directas, secretas y universales, incluyendo el voto de las mujeres y de los analfabetos. Era la primera vez que en Venezuela, se votaba de esta manera.

 

A las 6 de la tarde del 24 de noviembre, lo ponen preso. Estuvo preso hasta el 5 de diciembre del mismo año, en el que unos llaman "exilio" y otros "destierro". Nosotros lo llamamos "destierro".

 

Antes de salir al destierro, Rómulo Gallegos le dejó 20 cuartillas escritas al Dr García Arocha. A continuación exponemos un fragmento:

 

"Salgo del país expulsado por las Fuerzas Armadas que se han adueñado del Gobierno de la República y de las cuales he sido prisionero desde la tarde del miércoles 24 de noviembre. No he renunciado a la Presidencia de la República a que me llevó el voto en la jornada democrática de las elecciones del 14 de diciembre pasado.

 

Yo he cumplido el deber que me fue señalado y defendido hasta el último momento de responsabilidad activa la dignidad del Poder Civil cuyo ejercicio se me confió dentro del marco de las leyes. Respondan desde ahora de su porvenir quienes han empañado las armas de la violencia contra los legítimos ejercicios del derecho".

 

El destierro duró 9 años. Su primer destino fue Cuba y el segundo fue México. Rómulo Gallegos no volvió a la patria sino hasta después de la madrugada del 23 de enero de 1958, noche en la que huyeron del país, Marcos Pérez Jiménez y sus acompañantes, entre ellos Luis Felipe Llovera Páez, quien esa noche le dijo a Pérez Jiménez, lo siguiente:

 

"Vámonos Pérez que el pescuezo no retoña".

 

Huyeron desde el aeropuerto La Carlota. Lo hicieron a República Dominicana, en el avión presidencial: un "Avro", de hélices, denominado "La Vaca Sagrada". Allá los esperaba, el también dictador Rafael Leónidas Trujillo, alias "Chapita”. Éste era también un militar, que practicó el militarismo; tema del que hablaremos a la largo de este análisis.

 

Rafael Leónidas Trujillo era un militar (militarista) muy folclórico. Le decían "Chapita” porque le fascinaban las condecoraciones y por lo tanto, tenía el uniforme lleno de "chapitas". En consecuencia, no parecía vestido de militar sino de "martes de carnaval" y en los "tanques de guerra" que en algún momento se montó, no parecían tanques de guerra sino "carrozas de un desfile de carnaval".

 

El tal "Chapita" fue el cabecilla y el que financió el atentado de magnicidio, del 24 de junio de 1.960, día de fiesta nacional que nos recuerda la Batalla de Carabobo y también día del Ejército Nacional. En el camino al desfile Militar en Los Próceres, es volado un carro a control remoto que tenía una carga de explosivos con el objetivo de asesinar al presidente Betancourt.  

Rómulo Betancourt se salvó milagrosamente el presidente pero inevitablemente murió el jefe de la Casa Militar, el coronel Ramón Armas Pérez, que iba en el asiento delantero derecho del automóvil. Sin embargo, el presidente Betancourt al salir del carro, se quemó las manos y luego que le pusieran unas vendas y unas curas, en vez de ir al hospital, pidió que lo llevaran a Miraflores, donde con las manos vendadas, dio un discurso al país para tranquilizarlo para también para denunciar semejante acto que hoy en día llamaríamos como "atentado terrorista".

 

2- Volviendo a Rómulo Gallegos, vamos a citar una conferencia que pronunciara el Dr Carlos Arocha Luna, en el despacho del Dr Héctor Serpa Arcas, para ese entonces, Fiscal General de la República. Dicha conferencia se realizó durante el gobierno del Dr Jaime Lusinchi, en el año 1984. Este año fue inicialmente decretado como "Año Galleguiano" por el presidente Luis Herrera Campins y continuado como tal, por el presidente Lusinchi, para conmemorar los 100 años del nacimiento de Rómulo Gallegos. El Carlos Arocha Luna dijo lo siguiente:

 

"El 2 de marzo de 1958, a las cinco semanas de haber sido derrocada la dictadura, el Maestro Gallegos regresó a la Patria trayendo consigo el cadáver de su adorada esposa. La fotografía muestra la apoteósica recepción que le tributó el pueblo, a pesar que él mismo había pedido mucha moderación porque regresaba muy contento a su tierra, pero adolorido por venir con su esposa sin vida. Cuando el avión que los traía desde México volaba sobra la Guajira venezolana, el piloto salió de la cabina y anunció a los expatriados que estaba entrando ya en territorio venezolano. A Gallegos se le humedecieron los ojos, apretó con gran amor las manos de su hija Sonia y pronuncio estas simbólicas palabras:  

 

- Hija, otra vez sobre la misma tierra…" (fin de la cita).

Hay que tomar en cuenta que Rómulo Gallegos fue un padre pero también un esposo ejemplar. Se casó con Teotiste Arocha Egui. Dice el Dr Carlos Arocha Luna que "la conoció en una retreta en la Plaza Bolívar de El Valle, una tarde de septiembre de 1905.

 

Fueron 45 años de contemplación-diría Gallegos- mis ojos puestos en su dulce imagen, tal como el día de la primera mirada, uno de septiembre de 1905, el más feliz de mi vida, para que sea otro de ese mismo mes, cuarenta y cinco años después, el más infortunado de mi existencia, ya sin ella para siempre. Y aquí me tienes preguntándome. ¿Por qué y para qué vivo todavía? A la perennidad de su recuerdo en mi espíritu le confío yo el decoro con que debo llegar al fin de mi existencia. 

 

En este párrafo es una de las mejores epístolas escritas por Rómulo Gallegos, dirigida a mi padre Don José de Jesús Arocha Egui, el 20 de septiembre de 1950, trece días después de la muerte de la madre de su idolatrada esposa, carta que el maestro específicamente escribiera, según sus propias palabras, para dejar firmemente sentado en ellas, el estupendo papel que su mujer jugó en su vida"(fin de la cita).

 

El párrafo anterior refleja lo que se puede decir con propiedad:

 

A Rómulo Gallegos no se le conocieron amantes, barraganas, concubinas y mancebas. No dio escándalos que tuvieran un origen basado en relaciones extra maritales. No mezcló la política con el sexo. La única mujer que se le conoció fue Teotiste Arocha Egui de Gallegos.

 

Una vez, el ex presidente Caldera, dijo que Rómulo Gallegos, ya viudo, le había confesado lo siguiente:

 

"Caldera, yo por Teotiste, lo que tuve fue un culto".

 

En ese sentido, Rómulo Gallegos, fue marido ejemplar sobre todo frente a un hombre como el general Gómez, que fue un semental, un padrote que hubiera servido como caballo de cría, ya que tuvo alrededor de 50 hijos y nunca se casó.

3- Hay que entender que en Venezuela ha existido el militarismo desde los tiempos de nuestro Libertador Simón Bolívar. 

Santo Tomás de Aquino dice que el poder militar debe estar subordinado al poder civil y no al revés. 

 

Es democráticamente sano que los militares estén dentro de sus cuarteles haciendo sus funciones de preservar la integridad y seguridad del territorio nacional pero el estar en cargos políticos reservados a los civiles, solo deben estar muy excepcionalmente, por graves motivos, como por ejemplo una emergencia, guerra o afín, por un tiempo temporal, mientras pasa la emergencia, guerra, o la crisis. 

 

Con lo antes dicho, no queremos menospreciar o subestimar, el poder militar. Lo que estamos diciendo es que el poder militar debe estar subordinado al poder civil porque en caso contrario, estamos hablando de una dictadura militarista y no de una democracia ya que en esta última es requisito sine que non, el que prevalezca el poder civil sobre el militar.

 

De todas maneras, debemos hacer la acotación que en Venezuela, hemos tenido excelentes gobernantes militares, tales como Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita

 

López Conteras se quitó el uniforme, se auto redujo el período presidencial de 7 a 5 años y se comenzó a dar los primeros pasos de la dictadura gomecista a la democracia. En su período se promulgó la ley del trabajo de 1936, en la que tuvieron que ver ilustrísimos venezolanos, tales como Rafael Caldera y Raúl Leoni. También, se creó la Contraloría General de la Republica e incluso López Conteras, le dio cobijo y entrada a un numeroso grupo de judíos que venían huyendo de la Alemania Nazi, etc.   

La democracia la terminó de consolidar en Venezuela, el general Isaías Medina Angarita. Este también se quitó el uniforme. En su período no hubo presos políticos, hubo total libertad de expresión, retornaron los exiliados, tales como Rómulo Betancourt, se crearon sindicatos. Se fundó Acción Democrática, se hizo 13 de septiembre de 1941 y la UNE (Unión Nacional Estudiantil), semilla de lo que posteriormente fuera COPEI. Se legalizó el partido Comunista. Se creó el sistema de identidad, mediante la cédula de identidad, etc. 

 

Tanto López Contreras, como Medina, fueron excelentes gobernantes, porque gobernaron como civiles y no como militares. Vale decir, porque pusieron al poder militar como subordinado al poder civil y no viceversa.

 

Tanto fue todo esto así, que el gran escritor e historiador, Mariano Picón Salas, dijo que “el siglo XX comenzó en Venezuela, en el año 1936” que fue cuando comenzó la salida a la dictadura militarista de Juan Vicente Gómez. 

4- Para el año 1946, había un acuerdo político para la sucesión del general Medina. Se quería que fuera un civil; éste era el doctor Diógenes Escalante, que había sido embajador en Washington del General Medina y que para ese momento era ministro de relaciones interiores. 

El acuerdo de todos, adecos, y comunistas incluidos, era que el Dr Escalante sería electo por un período de 2 años y éste al cabo de dicho tiempo, se comprometía a convocar a elecciones directas, universales y secretas, en las que votarían las mujeres y los analfabetos. Este acuerdo iba muy bien hasta que se produce un hecho inesperado y sumamente sorpresivo: 

El Doctor Diógenes Escalante se enfermó cuando faltaba poco para ejecutar los acuerdos políticos antes dichos pero no es que se enfermó físicamente, es que se enfermó de la cabeza, se volvió loco: una junta médica así lo declara. En consecuencia, se rompió el acuerdo político y que además se agravó por lo siguiente:

El Dr Angel Biagini era ministro de Agricultura de Medina y alguien lo propuso como posible sucesor de Medina, ante la enfermedad del Dr Diógenes Escalante. La excusa para no admitirlo fue el haber escrito en un artículo, “entuciasmo” con "c". Al poco tiempo vino el 18 de octubre de 1945, que trajo una junta cívico militar, presidida por Rómulo Betancourt.

 

Hay un extraordinario libro llamado “El pasajero de Truman” de Francisco Suniaga que narra todo esto y también una magistral obra de teatro de Javier Vidal, titulada ”Diógenes y las camisas voladoras”, en las que se relata que un lunes de septiembre de 1945, el Dr Diógenes Escalante se debía reunir con el presidente Medina Angarita pero esa mañana comienza a dar muestras de la sorpresiva e intempestiva locura, diciendo que sus camisas ”salieron volando por la ventana”.   

 

5- No vamos a entrar a juzgar el 18 de octubre. Los defensores lo llaman   ”la revolución de octubre’’ y los detractores lo llaman “golpe de estado”. 

 

Hay que puntualizar algunas cosas sobre el 18 de octubre de 1945: los militares que actuaron en dicho día, no eran los generales, sino la oficialidad intermedia, sobre todo capitanes y mayores, y además fue dado con la excusa de llamar a ’’elecciones directas, universales y secretas”. 

Obviamente, que como todas las situaciones de este tipo, el 18 de octubre de 1945, tuvo cosas positivas y cosas negativas. Nos concentraremos solo en las cosas positivas:

 

El 18 de octubre de 1945, trajo una Asamblea Nacional Constituyente que la presidió el mejor poeta venezolano, como lo es Andrés Eloy Blanco. Éste, era de verdad, un hombre de conciliación, dialogo, altura y encuentro. Cuando se ponía la discusión muy tensa y muy alborotada, decía:

’’Señores, si no se callan, les recito el Canto a España’’.

Luego estallaban las carcajadas, bajaban las tensiones y los diputados se relajaban. Sin embargo, lo anterior no le quitaba el verbo convincente, agudo, penetrante y seguro, que tenía.

Los debates se transmitían por la radio y el público les hacía el seguimiento como si se tratara de una radionovela. En esa época, no había TV. Había oradores de primera fila, tales como Rafael Caldera, Edecio La Riva Araujo, Lorenzo Fernández, monseñor Sánchez Espejo, Augusto Malavé Villalba, el mismo Andrés Eloy Blanco, etc. 

 

De esta Asamblea Nacional Constituyente, salió el decreto en relación a los que antes dijimos de las primeras elecciones presidenciales directas, secretas y universales, que hubo en Venezuela, en las que se les dio el voto a las mujeres y los analfabetos. 

5- Rómulo Gallegos fue electo Presidente de la República, 11 años después de haber muerto el general Gómez. 

 

En dichas elecciones, también compitieron Rafael Caldera por el partido Copei y Gustavo Machado Morales por el Partido Comunista. Como antes dijimos, Rómulo Gallegos sacó el 74 % de los votos. Rafael Caldera obtuvo el 13% y Gustavo Machado el 3%. 

 

La toma posesión de Rómulo Gallegos, fue un acontecimiento realmente apoteósico y fabuloso. Hubo mucha alegría y mucho entusiasmo y vinieron muchos invitados internacionales. En el discurso de la toma de posesión dijo la siguiente frase:

 

’’Jamás será traicionada la confianza que en mí fue depositada’’.

 

Rómulo Gallegos se tomó muy en serio su victoria, que como antes dijimos, fue con un inmenso apoyo popular del 74 % y además, gozaba de un inmenso respeto que le tenían sus adversarios, tales como Rafael Caldera y Gustavo Machado, que compitieron con él. Al fin y al cabo, se trataba del mejor novelista de Venezuela y uno de los más grandes del Latinoamérica y hasta del resto del mundo.

 

Al tomar posesión de su altísima investidura, lo primero que hace Rómulo Gallegos, fue nombrar un gabinete adeco, con la excepción de Carlos Delgado Chalbaud, que lo nombró ministro de la Defensa (Delgado Chalbaud tuvo varias veces una posición ambigua ya que decía que Rómulo Gallegos era “como un padre para él”).

 

Rómulo Gallegos no les pidió permiso a los militares, ni tampoco les consultó, el nombramiento de sus ministros y demás funcionarios públicos. Esto irritó mucho al alto mando militar, sobre todo a Marcos Pérez Jiménez, quien era el principal integrante de aquel ’’descontento” y a un militar muy cercano a Pérez Jiménez, como lo era Luis Felipe Llovera Páez,  de quien antes hablamos.

 

Es de notar que Pérez Jiménez, Delgado Chalbaud y Llovera Páez, entre otros, eran los mismos militares que participaron en los hechos del 18 de octubre de 1945. Ojo: el 18 de octubre de 1945 eran mayores, ahora, que Rómulo Gallegos, estaba comenzando su gobierno, eran coroneles.

 

7- En realidad, lo que aspiraban los militares, era que Rómulo Gallegos, destituyera su gabinete adeco y nombrara un gabinete que pudiera ser cercano a los militares. Obviamente que era una ’’invitación” a que los ministros y demás altos funcionarios del gobierno de Rómulo Gallegos, fueran nombrados por los militares, o al menos, aprobados por ellos.  Es decir: aunque formal y protocolarmente, el gobierno estaba presidido por Rómulo Gallegos, el alto mando militar pretendía un gobierno tutelado por militares. 

 

Es decir, que Rómulo Gallegos fuera un títere y un monigote de los militares, lo cual era en el fondo, una burla a las elecciones del 14 de diciembre de 1947.

 

El alto mando militar no aspiraba ’’una declaración de principios”, en las que Rómulo Gallegos renunciaría a los principios de la ’’social democracia”, que era la doctrina política a la que se habían afiliado los postulados del naciente partido Acción Democrática (AD). Como dato anecdótico diremos que para ese entonces no existía la palabra ’’adeco”. Esta palabra vino de la conjunción de ’’Acción democratista” y ’’comunista’’. Todo lo que le interesaba al alto mando militar era la sustitución del gabinete ’’adeco’’, por parte de Rómulo Gallegos. 

8- Rómulo Gallegos ya tenía experiencia con el general Gómez. Éste decidió nombrar a Rómulo Gallegos, senador por estado Apure para que posteriormente fuera presidente del senado y luego ministro de ’’Instrucción Pública’’. Es decir, pretendió comprarle la conciencia pero Gómez se equivocó con Rómulo Gallegos, ya que Rómulo Gallegos partió al exilio voluntario, yéndose a New York. Al Rómulo Gallegos irse al exilio voluntario a New York y no volvió sino hasta después de la muerte de Juan Vicente Gómez.

 

Así como Rómulo Gallegos no negoció con el general Gómez, tampoco negoció con los coroneles del año 1948. 

 

Rómulo Gallegos demostró que no fue nunca un hombre, de los que decían una cosa y hacían otra, siempre dio testimonio de vida. Esto último, por ejemplo se constató, cuando Rómulo Gallegos comenzó su carrera literaria en la revista La Alborada, cuya primera aparición tiene fecha 31 de enero de 1909 y de la que solo hubo 8 apariciones. En uno de esos ensayos, Rómulo Gallegos escribió uno llamado ’’Hombres y Principios’’, en el que Gallegos, expuso lo siguiente:

 

’’Vale más un principio bueno que el mejor de los hombres en la curul del poder. Hombres ha habido y no principios, desde el alba de la República hasta nuestros brumosos tiempos: He aquí la causa de nuestros males. A cada esperanza ha sucedido un fracaso y un caudillo más en cada fracaso y un principio menos en la conciencia social’’.   

 

Para Rómulo Gallegos, era una ’’cuestión de principios’’ el no negociar con militares, cuestiones que Rómulo Gallegos, consideraba que eran innegociables.   

En consecuencia, Rómulo Gallegos le aplicó a los coroneles, la misma receta, que le aplicó al general Gómez:

 

No negoció. 

Rómulo Gallegos prefirió que lo tumbaran, a ceder, ante lo que consideraba, era el militarismo bárbaro. Para Rómulo Gallegos, Juan Vicente Gómez y su régimen militarista, de alguna manera, era la personificación de ’’Doña Bárbara’’. También en 1948, de alguna manera, también fueron personificación de ’’Doña Bárbara’’, Carlos Delgado Chalbaud, Marcos Pérez Jiménez, Luis Felipe Llovera Páez y demás ’’conjurados. 

 

Como hemos dicho, Rómulo Gallegos era un hombre de principios, de una sola línea, totalmente vertical. Rómulo Gallegos era una ’’columna de hierro’’, tal cual la escritora Taylor Caldwell, definiera a Marco Tulio Cicerón, en su libro ’’la Columna de Hierro”, en su lucha digna y valiente contra Lucio Sergio Catilina (éste recuerda al personaje de Doña Bárbara). 

 

Cicerón nunca negoció lo innegociable. Rómulo Gallegos no fue un hombre de pragmatismos, de contemporizaciones, de ambigüedades,  de medias tintas, de falsedades, de promesas falsas,  de traiciones, de dobles discursos, de doble moral, de acomodos inacomodables, de contubernios políticos, de cohabitaciones políticas hipócritas, de presentaciones impresentables, de promesas falsas, de dobles discursos,  de doble moral, de pactos secretos y arreglos por debajo de la mesa  hechos en la nocturnidad, en los que se negocian en secreto, cosas como estas: 

 

’’Yo te doy esto, si tú me das aquello”; ’’yo te tapo esto, si tú me tapas aquello”; ’’yo te doy a este, si tú me das aquel”; ’’yo te reconozco a este, si tú me reconoces aquel”.

10-  Vamos a dejar esta segunda entrega, hasta aquí. Esta es la segunda entrega de un total de tres. Mi padre dice que "dos son insuficientes, cuatro son demasiados, tres es perfecto". 

 

En la tercera y última parte, veremos un aspecto muy poco conocido de Rómulo Gallegos, como lo fue su aspecto religioso. 

 

Muy poca gente sabe que Rómulo Gallegos fue seminarista y que en sus obras aparecen elementos eclesiásticos, que además, fue a Lourdes e hizo una oración en la que entre otras frases, dice:

 

"Bendito sea Dios que hizo esta belleza tranquila. Bendito sea Dios que ha creado el silencio de las noches serenas"

Tercera parte

1- En Venezuela, tenemos muchas peculiaridades, exclusividades y cuestiones únicas. De las cosas más características y positivas que tenemos, es que por ejemplo, Venezuela es uno de los pocos países del mundo, en el que los hijos le piden la bendición a sus padres (o quizás el único). Por otra parte, están cuestiones como por ejemplo, las hallacas, las arepas, el cerro El Ávila, tenemos las mayores reservas de petróleo del mundo, también tenemos las mujeres más bellas del mundo, como lo demuestran los concursos de belleza y mucho más. Hay también, algo muy especial, dentro de lo especial:

 

La chispa de la mamadera de gallo, la tomadera de pelo, a todo le hacemos un chiste, una chanza, una broma, un choteo. Por eso, la Radio Rochela duró todo lo que duró y todavía estaría en el aire, de no haber sido porque cerraron Radio Caracas Televisión (RCTV). Y aun así, si no nos equivocamos, todavía tiene Record Guinness de ’’programa humorístico que más tiempo ha durado en la televisión’’.  Ojalá vuelvan pronto a la pantalla, tanto RCTV, como la Radio Rochela.

 

Pues bien, al gobierno de Rómulo Gallegos, el choteo popular lo llamó ’’el embarazo’’, porque duró 9 meses: desde el 2 de febrero de 1948, día que tomó posesión de su cargo hasta el 24 de noviembre del mismo año, día que fue derrocado por un golpe militar, cuyos principales cabecillas, fueron los para ese entonces eran coroneles: Marcos Pérez Jiménez, Luis Felipe Llovera Páez y Carlos Delgado Chalbaud quien para ese entonces era Ministro de la Defensa y decía que para él, ’’Rómulo Gallegos era como un padre ’’. 

 

Hubo una broma que no fue verdad pero que se le atribuyeron a Rómulo Gallegos y es la expresión muy criolla de ’’estar empantuflado’’. Me escribe una excelente y muy buena persona, que sabe mucho de historia, lo siguiente:

 

"En la víspera del golpe de estado que daría al traste con su efímero gobierno, Rómulo Gallegos recibió en altas horas de la noche la visita de personeros que venían a Palacio a advertirle de los hechos sediciosos que se estaban fraguando, concretamente los militares. Gallegos les recibió en bata y con unas pantuflas, y se mostró incrédulo de cuanto le informaban, haciendo gala de la excesiva confianza que le tenía a su Ministro de Guerra Delgado Chalbaud, quien no dudaría en traicionarlo en cuestión de horas y derrocarlo.

 

Así pues quedó instituido el "estar enpantuflado" como símbolo de vejez, de ingenuidad y de exceso de confianza, por no estar alerta" (fin de la cita).No estoy autorizado a revelar el nombre de la fuente, por lo tanto, omito su nombre.

Con todo respeto a tan distinguido historiador e investigador, lo que sí es cierto es a Rómulo Gallegos le atribuyeron lo del "enpantuflado, pero no creemos que sea cierto lo que mi amigo dice, en cuanto a que Gallegos haya recibido a personeros que querían advertirle del golpe que se fraguaba, en "bata y pantuflas", y que haya pecado de ingenuo. Gallegos nunca se chupó el dedo, sabía lo que venía y estuvo dispuesto a pagar el precio de ser tumbado pero a costa de no negociar lo que Rómulo Gallegos consideraba que era innegociable. Ya explicaremos por qué. Tenemos sospechas de quién y por qué, inventó lo del "enpantuflado", más adelante lo diremos y explicaremos.

2- Rómulo Gallegos fue el primer presidente en ganar, en elecciones directas (de primer grado), secretas y universales (fue la primera vez en que para elegir a un presidente, votaron las mujeres y los analfabetos). Rómulo Gallegos ganó con un inmenso respaldo popular, del 74%, hasta ahora no conseguido por presidente alguno.

 

Rómulo Gallegos entendió que si él había ganado, él era el presidente soberano y que en consecuencia, no le tenía que consultar la elección de su gabinete a los militares. Y por ahí comenzó el problema. El único militar que Rómulo Gallegos nombró, fue a Carlos Delgado Chalbaud, como ministro de la Defensa. De resto, nombró un gabinete de puro adecos. Aquello molestó a los coroneles, en especial a Pérez Jiménez y a Llovera Páez (al principio del gobierno de Gallegos, Delgado Chalbaud tenía una cierta posición ambigua ya que era el jamón del sándwich, ya que por una parte, estaba de ministro de la Defensa porque Rómulo Gallegos lo había nombrado ministro y por lo tanto, le debía lealtad; y por la otra, sus compañeros coroneles lo presionaban para que a su vez presionara a Rómulo Gallegos).

 

Los coroneles exigían un cambio inmediato de gabinete, en el que hubiera menos adecos y más militares, pero Rómulo Gallegos se negó a negociar, que no había nada que negociar. Que ese era su gabinete y punto. Que si lo tumbaban, lo tumbaban; pero que se negaba a ser títere y monigote de militares. Rómulo Gallegos pensaba que el pueblo le había dado un claro mandato para que fuera un gobierno de civiles y no de militares.

 

Por para parte, hubo sectores dentro de AD, que consideraban que sí se debía negociar con los militares. Que a toda costa había que salvar el gobierno. Que el gobierno estaba comenzando y que ya habría tiempo de arreglar el problema con los militares pero que no se podían dar el lujo de perder el poder, que había que hacer, lo que le gustaba repetir a Carlos Andrés Pérez: "los arrieros de mi pueblo dicen que en el camino se enderezan las cargas".

 

Para tratar de resolver el asunto, el para ese entonces ex presidente Rómulo Betancourt, le ofreció al presidente Rómulo Gallegos, el irse del país, como una contribución para resolver la crisis. No olvidemos que quien había propiciado la candidatura de Rómulo Gallegos a la Presidencia de la República, fue Rómulo Betancourt (en el primer gobierno de Rómulo Betancourt, se auto dictaron una disposición, que decía que Betancourt no podía competir en las elecciones del 14 de diciembre de 1947).

 

También apareció la figura de un mediador, un abogado muy serio, muy decente, muy correcto, muy inteligente y muy capaz, como lo fue el Dr José Giacopini Zárraga, quien había sigo Secretario General de la Presidencia del primer gobierno Rómulo Betancourt, surgido del 18 de octubre de 1945, en lo que se llamó "el Trienio Adeco" (18 de octubre de 1945, 2 de febrero de 1948).

 

Giacopini era un hombre muy buen visto, tanto por adecos como por militares. No olvidemos que el Trienio Adeco, estaba compuesto por civiles y militares. Giacopini era un civil y que si le aplicáramos los conceptos matemáticos, era un factor equidistante entre adecos y militares.

Pero Gallegos no cedió ni un ápice. No negoció nada porque "no había nada que negociar". Tenía incrustada en la mente la figura de Santos Luzardo, que en ese momento lo encarnaba el propio Rómulo Gallegos y que tenía que prevalecer sobre Doña Bárbara que en ese momento la encarnaban los militares que aspiraban a que removiera a los adecos de su gabinete.

 

Pocos días antes del golpe del 24 de noviembre de 1948, Rómulo Gallegos se reunió con los coroneles. Pero no fue empantuflado. Les dijo:

 

"Señores, la suerte está echada. Mi suerte está ya decidida, decidan ustedes la suerte del país".  Esto prueba que Gallegos no estaba engañado, no era un ingenuo, estaba claro que lo iban a tumbar.

 

En lo personal, estoy convencido que quien inventó lo del "empantuflado", fue Pérez Jiménez. Mucho tiempo después, Pérez Jiménez, le declaró al brillante profesor e historiador Agustín Blanco Muñoz, en un libro "Habla el General Marcos Pérez Jiménez”. Si no nos equivocamos, en dicho libro, Pérez Jiménez dice una frase”:

 

"Ante Rómulo Gallegos, me quito el sombrero como escritor, pero como político, tengo que decir lo siguiente:

 

Él se cayó solo, porque no se ocupó de gobernar”.

 

Y luego Pérez Jiménez le sacó "el cuento del cafecito”.

 

¿Qué es el cuento del cafecito?

 

Que según Pérez Jiménez, cuando llegaba al despacho de Rómulo Gallegos, un ministro, Rómulo Gallegos le decía:

 

"Señor ministro, deje los papeles, en el escritorio y vamos a sentarnos cómodos, en la poltrona. Ya voy a llamar al mesonero para que nos traiga un cafecito para cada uno y vamos a hablar de poesía y que me dé la opinión de la próxima novela que pienso publicar”. 

 

Y luego de pasar un buen rato hablando de literatura y habiéndose tomado un segundo o tercer cafecito, le decía al ministro que recogiera sus papeles y se fuera, quedándose el ministro sin resolver los problemas del ministerio que lo habían llevado al despacho del presidente Gallegos. 

Eso no fue verdad. Fue una mentira de Pérez Jiménez, tanto para justificar el golpe del 24 de noviembre como porque creemos que le tenía recelos a Rómulo Gallegos. Dirijamos que envidia. Entendiendo la envidia, como lo que dice el Catecismo:

 

"La envidia es el dolor o pesar, por el bien ajeno".

 

La envidia de Pérez Jiménez, hacia Rómulo Gallegos, quizás se deba a que Rómulo Gallegos tenía una verticalidad, una rectitud una honestidad, unos valores de vida de los cuales Pérez Jiménez carecía. Además, había llegado a presidente, con un inmenso arraigo popular, lo que no le quitaba su inmenso y extraordinario éxito, tanto nacional como internacional, como novelista y literato.  

 

Nada extraña que así como le inventó el cuento del cafecito, también le haya inventado el cuento del empantuflado. El problema es que el cuento del enpantuflado, mucha gente se lo creyó.

2-  La envidia de Pérez Jiménez, hacia Rómulo Gallegos, no se quedó en lo del cafecito y en lo del enpantuflado. En consecuencia, Pérez Jiménez, en 1955, contrató a un intelectual y literato, llamado Camilo José Cela, para que ’’por encargo’’, le escribiera al régimen perezjimenista, un libro propandístico llamado ’’La Catira’’, que era una suerte de libro ’’anti Doña Bárbara’’. Obviamente que ’’La Catira’’, era con el fin de hacerle propaganda a la dictadura perezjimenista y además, tratar de anular la influencia e importancia que tenía el libro ’’Doña Bárbara’’ en las luchas contra las dictaduras, ya que Doña Bárbara, es la personificación de los dictadores, a quien Rómulo Gallegos en dicho libro, asemeja a los bárbaros, como por ejemplo Rómulo Gallegos, hizo subliminalmente con el general Juan Vicente Gómez. 

 

’’La Catira’’ fracasó, como más tarde o más temprano, siempre fracasa, lo que se hace de una manera mercenaria. Camilo José Cela, en este caso actuó como un escritor tarifado. Vino a Venezuela y su fracaso con ’’La Catira’’ fue tal, que tuvo irse escondido de Venezuela y por ’’la puerta de atrás’’. Entre otras cosas, Cela estaba desambientado con el medio venezolano. En España, por ejemplo, no se usa el término ’’catira’’ sino "rubia".

Fue una ’’mancha negra’’ en Camilo José Cela, escritor que tuvo una carrera brillante. Cela fue Premio Príncipe de Asturias de las letras, lo recibió en 1987. Premio Nobel de Literatura; lo recibió en 1989; y Premio Cervantes, en 1995. 

 

Uno de los triunfos más rotundos que tuvieron ’’Doña Bárbara’’ y Rómulo Gallegos, fue el que tuvieron sobre Camilo José Cela y ’’La Catira’’, porque entre otros aspectos, fue el triunfo ideológico de la libertad y la democracia, sobre las dictaduras y la barbarie, así hayan pretendido disfrazarlas mediante ’’La Catira’’. Además, fue una derrota de la envidia de Pérez Jiménez hacia Rómulo Gallegos. 

3- Visto lo anterior, vamos a entrar en el aspecto religioso de Rómulo Gallegos. Al final, explicaremos como está conectada todo lo anterior con dicho aspecto religioso: 

 

’’Rómulo Gallegos nació en Caracas, el 2 de agosto de 1884….Los padres de Gallegos fueron Rómulo Gallegos Osio y Rita Freire Guruceaga, quienes integraban una pareja honorable y muy católica…Gallegos fue el mayor de ocho hermanos y solo cinco de ellos llegaron a la adultez. Cuando nació le pusieron un largo nombre: Rómulo Angel del Monte Carmelo Gallegos Freire. Como sus padres eran devotos de la Virgen del Carmen, todos los hijos llevaron el nombre de la santa:Carmen María, Carmen Teresa, Pedro del Monte Carmelo y Carmen Elisa’’ (conferencia que pronunciara el Dr Carlos Arocha Luna, en el despacho del Dr Héctor Serpa Arcas, para ese entonces, Fiscal General de la República. Dicha conferencia se realizó en el año 1984. Año decretado como "Año Galleguiano", para conmemorar los 100 años del nacimiento de Rómulo Gallegos. El Dr Carlos Arocha Luna es sobrino de Teotiste Arocha Egui, quien fue esposa de Rómulo Gallegos. El Dr Carlos Arocha Luna, es hijo de Don José de Jesús Arocha Egui, hermano de Teotiste Arocha Egui de Gallegos).

 

A Rómulo Gallegos, algunos lo consideraron ateo. Otros, agnóstico. Otros, libre pensador. Otros, positivista. Otros, anti clerical. Otros, que no tenía contenido religioso en sus escritos, etc. Nada de lo anterior es verdad. Hasta donde llegan nuestros muy limitados conocimientos históricos, entendemos que Rómulo Gallegos no era hombre, ni de Misal, ni de procesiones, ni de Misa Dominical, pero eso tampoco implica que haya sido ni ateo, ni lo demás antes mencionado. Más bien, como demostraremos, fue un hombre creyente, con contenido religioso en sus escritos y que tuvo muy buenas relaciones con el clero (fueron excelentes). 

 

Todo lo anterior, a pesar que las relaciones entre el clero y el partido Acción Democrática, no fueron nada buenas en el primer gobierno de Rómulo Betancourt. Dicho gobierno, que como antes dijimos, fue llamado ’’el Trienio Adeco’’. Para muestra, basta un botón:

 

Vamos a citar caso que reflejó muy bien las tensas relaciones entre el primer gobierno del muy famoso ’’decreto 321’’, del año 1946:

 

Eso fue el recordado decreto contra la educación privada que trajo como consecuencia que los curas y monjas, sacaran a la calle a protestar, tanto a los muchachitos de pantaloncitos cortos, como a los más grandes. Se armó una conmoción política muy grande. En ese momento, no existía, Internet, ni Facebook, ni twitter, ni celulares, ni siquiera TV, la cual estaba siendo experimentada y estaba lejos de empezar en Venezuela, la cual empezó en Venezuela, con la inauguración de Radio Caracas Televisión, en el año 1953. Sin embargo, la noticia rápidamente le dio la vuelta al mundo.

 

Hay que ver el impacto político que tiene, unos niños de pantaloncitos cortos, protestando, acompañados de curas y monjitas, porque el gobierno los está atropellando y conculcando sus derechos. Eso no lo aguanta, ningún gobierno, en ninguna parte del mundo. Esto hizo que el gobierno encabezado por Rómulo Betancourt, se hubiera obligado a derogar rápidamente dicho decreto.

 

El Padre Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz, fue exiliado por el régimen de Marcos Pérez Jiménez. Se fue a New York. Allí se encuentra con Rómulo Betancourt, quien estaba exiliado.  

 

El Padre Alfonzo y Rómulo Betancourt, se encuentran en New York. Un día almuerzan juntos y el Padre Alfonzo, le pregunta qué cuál  

había sido el problema más fuerte que había tenido en su gobierno. Rómulo Betancourt contestó:

 

’’El decreto 321’’

 

Sin embargo, en el segundo gobierno de Betancourt, dichas relaciones mejoraron notablemente y de gran manera, lo cual sería objeto de un análisis aparte.  

4- Una de las primeras cosas, que llama la atención, es que Rómulo Gallegos fue seminarista. Una de las grandes sorpresas que muchos nos hemos llevado. Fue seminarista de 1894 a 1896. Es decir fue seminarista desde los 10 a los 12 años. Hay sacerdotes que entraron al seminario muy jóvenes, tal es por ejemplo el caso, del cardenal José Alí Lebrún Moratinos, quien fuera arzobispo de Caracas, quien entró al seminario a los 11 años. El Padre Alfonzo, quien es monseñor, también entró a los 11 años.  El Dr Carlos Arocha Luna, antes citado, lo explica muy bien:

 

’’Su padre no veía con buenos ojos que su hijo fuera sacerdote, y el mismo arzobispo en una visita que hizo al seminario, consideró que Gallegos era muy joven para vestir sotana y privaba además una razón poderosa, la presencia del hijo mayor para ayudarle a mantener la familia. Al poco tiempo de salir del seminario, muere su madre, muy joven y a consecuencia del último parto. Su madre, como más tarde su esposa, fueron para el escritor dos ideales sublimes, inspiradoras ambas de lo más puro y elevado de su espíritu y de su conducta’’ (fin de la cita).

 

Cipriano Castro, alias ’’el cabito’’, también fue seminarista. Sus relaciones fueron turbulentas con el clero. En cambio, las de Rómulo Gallegos, como antes dijimos, fueron excelentes. Vamos a volver a citar al Dr Carlos Arocha Luna:

 

’’Gallegos tenía una especial deferencia por los personeros de la Iglesia. El destacado hombre público mantuvo siempre cordiales relaciones de amistad con notables dignatarios del catolicismo. Entrañable fue su amistad con el Cardenal José Humberto Quintero. Igualmente destacaba en el terreno de la amistad, las cordiales relaciones que mantenía con Monseñor Doctor Jesús María Pellín, otro descollante miembro de la Iglesia de Cristo…En numerosos bautismos y bodas… Gallegos actuaba como padrino, era Monseñor Pellín el oficiante religioso’’ (fin de la cita).

 

5- Muchos dicen que en la obra de Rómulo Gallegos, no hay elementos religiosos. En este aspecto, volvemos a citar al Dr Carlos Arocha Luna:

 

’’Los sacerdotes en sus novelas fueron presentados siempre como personales de extraordinario aprecio y significación. El Cura del pueblo fue siempre analizado por Gallegos con abierta y singular simpatía, En ’’Pobre Negro’’ el cura estaba sumergido en el grupo liberal, descuella como personaje agradable, estableciendo una exquisita afinidad con el lector. En ’’El Forastero’’ el cura participa de la actividad revolucionaria y en la causa que el escritor exalta y defiende. En La ’’Trepadora’’ es un personaje simpático, cordial, humilde y bondadoso, preocupado siempre por la causa del bien y la verdad, y con un afán permanente de sacudir, para su mejoramiento, la conciencia del pueblo. En otras palabras, Gallegos jamás hizo menosprecio o escarnio de la figura del sacerdote; antes, al contrario los distinguió en todo momento y exaltó su positiva misión’’ (fin de la cita).

 

6- En 1926, Rómulo Gallegos hace su primer viaje a Europa. Tenía 42 años. Fue con su amada esposa, Teotiste. El objeto de este viaje, fue para que Teotiste fuera examinada de la rodilla derecha, en Bolonia, Italia, en el Instituto Rizolli. Teotiste venía sufriendo severos dolores y trastornos.  En este viaje, también visitaron España y Francia y en este país, visitó la Gruta de Lourdes. En su diario, Rómulo Gallegos escribió lo siguiente:

  

Lourdes. Noche fresca y suave, Silencio y una dulce quietud de la naturaleza y del espíritu. La luna, un lucero y una cruz de luces blancas en lo alto de un cerro. El rio blando, sin rumor y bañado de luna. El viento doblega a ratos las copas de los árboles, a lo lejos montes elevados de luna. Estoy cansado, pero me invade dulcemente la belleza de la noche y la serenidad del paisaje. He abierto mi corazón a un sentimiento religioso que había huido de él y me siento feliz. El sentimiento religioso ha entrado nuevamente en mí y me parece que comprendo mejor la vida. 

Hay algo inefable en esto de pensar que por sobre esta serenidad de noche azul está un inmenso amor y una inteligencia perfecta: DIOS. Bendito sea Dios que hizo esta belleza tranquila. Bendito sea Dios que ha creado el silencio de las noches serenas"(fin de la cita).

 

7- Lo anterior no amerita explicación. No hay que darle vueltas. Lo anterior es propio de un creyente. Es más, la expresión "Bendito sea Dios que hizo esta belleza tranquila. Bendito sea Dios que ha creado el silencio de las noches serenas", nos hizo recordar una de las 5 vías de Santo Tomas de Aquino, para demostrar la existencia de Dios. 

 

Se trata de la llamada "Quinta Vía: «Vía del orden en el mundo» o «Vía del orden cósmico». 

 

Santo Tomas de Aquino dice que el orden no es producto del azar. No puede haber orden sin ordenador. Esto implica que no puede haber orden sin ordenador. El orden no es producto del azar

 

Esta Quinta Vía, nos hizo recordar la canción que nos enseñaron las monjas en Villa Loyola:

 

 “El reloj lo hizo el relojero, el mundo lo hizo Dios; no hay reloj sin relojero, no hay mundo sin creador”. 

Un reloj no es un conjunto de piezas al azar. Un reloj es el producto del orden de un relojero, que previamente ordenó el reloj para que diera la hora. De la misma manera, el admirable y asombroso orden del universo, requiere de un ordenador llamado Dios.

 

Rómulo Gallegos dice que la belleza de la noche y la serenidad del paisaje’’, la hizo Dios, a quien define como inmenso amor y una inteligencia perfecta ”

8- Hemos visto que Rómulo Gallegos creía en Dios. Lo que escribió en la Gruta de Lourdes, fue una muestra clara y contundente, que creía en Dios. Y no solo eso, vivió como un verdadero cristiano: fue buen esposo, un buen padre, un buen hijo, un buen ciudadano. Fue un gobernante honesto y valiente, que no claudicó ni ante Juan Vicente Gómez ni ante Marcos Pérez Jiménez. Fue incorruptible. Como dijimos antes, mucho de esos valores, los envidió Pérez Jiménez.

 

Partimos de la base de lo que dijo Simón Bolívar, el Libertador:

“Sin la conciencia de la religión, la moral carece de base’’’.

 

En la Gruta de Lourdes, Rómulo Gallegos dijo:

He abierto mi corazón a un sentimiento religioso que había huido de él y me siento feliz. El sentimiento religioso ha entrado nuevamente en mí y me parece que comprendo mejor la vida.      

De acuerdo a todo lo antes dicho, los valores morales, que tuvo Gallegos, se basaron en la conciencia del sentimiento religioso que tuvo Rómulo Gallegos.

 

En Lourdes, Rómulo Gallegos, se doblegó ante Dios:

’’Hay algo inefable en esto de pensar que por sobre esta serenidad de noche azul está un inmenso amor y una inteligencia perfecta: DIOS. Bendito sea Dios que hizo esta belleza tranquila. Bendito sea Dios que ha creado el silencio de las noches serenas".

Este doblegarse ante Dios, le permitió no doblegarse ante Juan Vicente Gómez, como vimos en las dos entregas anteriores. Tampoco se doblegó ante los coroneles que lo tumbaron el 24 de noviembre de 1948. Tampoco ante la envidia de Pérez Jiménez y sus burlas del cafecito y el empantuflao. Camilo José Cela no pudo con Don Rómulo Gallegos, etc.

 

Rómulo Gallegos demostró con su vida que el secreto para no doblegarse ante los hombres, es doblegarse ante Dios.

escrito por LUIS ALBERTO MACHADO SANZ

Abogado

machadosanz@gmail.com

@caballitonoble